La vicepresidente de Nicaragua, Rosario Murillo, guardó silencio luego que la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) brindara este martes un informe donde denuncia que en los últimos meses la situación de los derechos humanos ha venido deteriorándose en el país.
Según el organismo, la crisis social y política se ha agravado con la persecución del régimen contra la Iglesia católica, el cierre de espacios cívicos, la cancelación de organizaciones no gubernamentales, el aumento de los presos políticos, el asedio contra la oposición y la falta de justicia.
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En vez de lanzarse contra los 45 países de la ONU que urgen a Ortega «restablecer el diálogo» o despotricar contra el organismo, la portavoz del régimen prefirió utilizar los 15 minutos y 43 segundos de su monólogo a través de sus medios de propaganda gubernamental para hablar de las actividades festivas por la semana patria y proyectos municipales.
Recordó que la tarde ayer lunes estuvo junto con el dictador Daniel Ortega presidiendo el acto del recibimiento de la antorcha de la libertad, «celebrando la vida, agradeciendo a Dios por la concordia, por la paz y comprometiéndonos a fortalecer más y más esta patria donde hay paz y han bien común».

Informó también que este miércoles se entregó la antorcha de la libertad a las autoridades educativas de Costa Rica. «Se entregó en Peñas Blancas (…) Por cuatro días estuvo la antorcha recorriendo 503 kilómetros de suelo bendito en manos de estudiantes destacados, deportistas y también de oficiales del Ejército y de nuestra Policía Nacional».
Murillo dice que Nicaragua es un país seguro
Pese a la ola de femicidio que vive el país desde inicios del 2022, incluyendo los robos y secuestros y detenciones arbitrarias, la primera dama afirmó que Nicaragua es un país «que celebra y que vive contento porque vive seguro y nos hace sentirnos privilegiados».
La Coordinadora del Consejo de comunicación y Ciudadanía recordó que mañana 14 de septiembre habrán «desfiles, armoniosos, vistosos en todo el país, que hay patria y hay paz», aunque su dictadura ha instaurado como un crimen que los nicaragüenses puedan mostrar la bandera nacional y los colores azul y blanco, más allá del control partidario del sandinismo.
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«Estamos pendientes de lo que llamamos la promesa de los estudiantes y de todos con las sagrada bandera azul y blanco de nuestra patria bendita y siempre libre», apuntó.
Además señaló que mañana, en la avenida de Bolívar a Chávez, el dictador Daniel Ortega estará presidiendo «esos eventos festivos de nuestra patria bendita».

«La vicedictadora dijo que su régimen está «orgulloso» de celebrar el mes de la patria en dignidad, en concordia, en celebración de la vida, en defensa de la vida. Orgullosos de ser nicaragüenses por gracia de Dios. Aquí triunfa; aquí vive ese Dios de todas las vitorias…», sin mencionar, por supuesto, que su «concordia» y su «Dios» no tienen nada que ver con los sacerdotes y un obispo que han sido encarcelados, sin siquiera realizarles procesos judiciales legítimos.
Esta es una de las pocas veces que Murillo evita referirse al llamado de un grupo de 45 países miembros de la Organización de la Naciones Unidas (ONU) que urgieron al régimen de Ortega «restablecer el diálogo nacional», sin embargo la dictadura ha hecho caso omiso.