Los tres sospechosos de asesinar a dos hermanas de 7 y 10 años en Ciudad Belén, Managua, fueron llevados ante la justicia este viernes, nueve de septiembre. El juez Róger Sánchez Báez, titular del Juzgado Primero Distrito Penal de Adolescentes de Managua fue el encargado de la audiencia preliminar contra los acusados a quienes les dictó prisión preventiva y los remitió a juicio por la muerte de las dos niñas, según medios oficialistas.
Los procesados son Alfredo Antonio Lara Ortiz, de 19 años, Alison Yahoska Salgado Rugama, de 18 años, y un adolescente de 16 años, hermano de Alison. Los acusados habitaban a cinco casas de donde residían las víctimas en Ciudad Belén. El crimen contra las dos menores ocurrió la noche del viernes, dos de septiembre.
Investigaciones de la Policía detallan que el examen post mortem determinó que la niña de iniciales I.J.U., de 7 años, fue asesinada por asfixia mecánica (sofocación), y su hermanita M.J.U., de 10 años, por trauma craneoencefálico severo causado con objeto contundente y presenta equimosis de color verde en la región del pubis.
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Los cuerpos sin vida de las niñas fueron encontrados en un predio baldío en Ciudad Belén el día lunes, cinco de septiembre. En el sitio se ocuparon como evidencias un colchón de tela multicolor, tiras de tela color blanco, un trozo de alambre dúplex color blanco y se recolectaron muestras de fluidos corporales. Los testigos refieren que los tres presuntos criminales lavaron la casa en horas de la mañana del día siguiente de la desaparición de las menores.
Las víctimas tenían tres meses de haber llegado a la capital. La familia, de la etnia miskita, es originaria de la comunidad Walakitang de Río Coco, en Wiwilí, departamento de Jinotega, y llegó a Managua en busca de trabajo. El crimen fue cometido en la vivienda de los presuntos femicidas, donde se realizó peritaje de criminalística que reveló presencia de sangre humana en la sala y en el dormitorio del joven de iniciales A.E.S.R.,de 16 años. En el dormitorio también fue encontrado un trozo de bloque y un trozo de toalla azul utilizados para cometer el crimen, indicó el parte policial.
Las víctimas salieron de su vivienda luego que una vecina de 10 años llegara a buscarlas para ir a una vigilia. La mamá les negó el permiso, cerró la puerta y se acostó a dormir. Al despertarse, dos horas después, se percató que sus hijas no se encontraban en la casa, por lo que fue a buscarlas a la vigilia que se celebraba a una cuadra, alrededor de las 10:30 de la noche. No las encontró y regresó a la vivienda.
A eso de la una de la madrugada, fue a nuevamente a buscarlas a la vigilia hasta que la actividad finalizó; al no encontrarlas, llegó a la casa de la vecinita R.C.S.R., donde conversó con la abuela, «quien le dijo que las niñitas no estaban en casa y que no sabía nada de ellas».
Los cuerpos de las niñas fueron trasladados a su comunidad con ayuda del Ejército de Nicaragua, según una nota de prensa difundida por el cuerpo castrense en sus redes sociales.