Los congresistas estadounidenses Mario Diaz-Balart, María Elvira Salazar y Carlos Gimenez enviaron una carta a la Oficina de Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos (IRF por sus siglas en inglés), en la que solicitan al gobierno de Joe Biden intervenir ante la persecución religiosa que se vive en Nicaragua.
En la misiva dirigida a Rashad Hussein, embajador general del organismo, los tres congresistas republicanos manifestaron su preocupación por los constantes ataques de la dictadura de Daniel Ortega contra la Iglesia católica en Nicaragua.
Asimismo, solicitaron información respecto a las acciones que la entidad tomará «para apoyar la libertad religiosa del pueblo» cristiano nicaragüense.
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«Escribimos para expresar nuestra profunda preocupación por la alarmante escalada de la supresión de la libertad religiosa en Nicaragua y para solicitar información sobre lo que la Oficina de Libertad Religiosa Internacional está haciendo para contrarrestar la persecución religiosa en Nicaragua», se lee en la carta.
Además, los congresistas destacaron varios atropellos que la dictadura de Ortega-Murillo ha cometido en contra de las autoridades eclesiásticas y organizaciones religiosas en el país.
«Organizaciones de derechos humanos y notas de prensa muestran que ha habido una escalada en la supresión de la libertad religiosa en Nicaragua. Por ejemplo: en marzo, el régimen de Ortega expulsó al Nuncio Apostólico de Nicaragua, medida que el Vaticano condenó como una «medida unilateral injustificada», señalaron.
«En julio, las Misioneras de la Caridad, una organización fundada por la Madre Teresa que había estado trabajando en Nicaragua desde 1988, fue despojada de su estatus legal y las dieciocho monjas de la orden fueron obligadas a abandonar el país. Estas monjas dirigían una guardería, un centro para niñas maltratadas y un asilo de ancianos», agregaron.

Del mismo modo, denunciaron que la Policía al servicio de la dictadura impuso a monseñor Rolando Álvarez casa por cárcel de facto y que a las ochos personas, entre sacerdotes y laicos, que acompañaron al obispo en la Curia permanecen detenidos, «a pesar de que ninguno de ellos ha sido condenado».
«Al menos otros siete sacerdotes han sido arrestados desde junio de este año» y otros han tenido que salir al exilio, como es el caso del padre Uriel Vallejos, resaltaron.
Los congresistas subrayaron que «las organizaciones religiosas, como la Iglesia católica, habían sido uno de los últimos lugares donde los nicaragüenses podían practicar su fe y disfrutar de una pequeña medida de expresión religiosa. Sin embargo, la dictadura autoritaria de Ortega ha revelado que no tolerará ni siquiera este derecho tan fundamental, y continuará suprimiendo la creencia y la práctica religiosa del pueblo nicaragüense».
Poco a poco, la dictadura de Ortega ha ido engrosado la lista de sacerdotes presos, hasta el momento son más de diez religiosos que está siendo parte de procesos judiciales en su contra. El régimen no ha dado tregua y sigue su asedio contra la Iglesia católica.