Tras los últimos ataques perpetrados por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra la Iglesia católica en Nicaragua, al menos seis sacerdotes se vieron obligados a salir de Nicaragua por el temor a ser los próximos encarcelados.
Según el exfuncionario del Poder Judicial, Yader Morazán, los sacerdotes que salieron al exilio son: Pbro. Uriel Vallejos, Pbro. Vicente Martínez, Pbro. Sebastián López, Pbro. Mangel Hernández y Pbro. Dani García.
Por su parte, el diácono Carlos Mata, de la Diócesis de Granada, informó que debido a las amenazas de «personas serviles y fanáticas» se vio obligado a abandonar su patria.
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«Queridos hermanos, desde lo más profundo de mi corazón he amado mi patria, pero les comunico que debido a la locura de personas serviles y fanáticas, he tenido que salir y abandonar la tierra que me vio nacer, pido sus oraciones», escribió el religioso en su cuenta de Twitter.
Recientemente Gonzalo Carrión, abogado defensor del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, confirmó al equipo de Artículo 66 que tienen documentado el caso de un religioso nicaragüense que salió al exilio y sin precisar cifras, detalló que existen más casos de sacerdotes en esta misma situación.
«Tenemos documentado un caso como Colectivo y conocemos que hay más sacerdotes, en desplazamiento forzado», indicó Carrión.
El abogado señaló que los prelados están saliendo del país porque en Nicaragua hay persecución religiosa. «Los hechos hablan por sí mismos», resaltó.
Desde le primero de agosto, la Iglesia católica ha sido objeto de nuevos ataques por la dictadura de Ortega-Murillo. La administración sandinista ordenó el cierre de al menos 10 emisoras religiosas, desterró a uno de los coristas de la Diócesis de Matagalpa, mantiene bajo el régimen de casa por cárcel a monseñor Rolando Álvarez y tiene al menos a 10 sacerdotes privados de libertad.
Ante esta situación de persecución religiosa, el analista político Israel Lewites alegó que el régimen de Ortega-Murillo les está diciendo a las autoridades eclesiásticas «que no importa quienes sean ustedes, en Nicaragua se guarda silencio al interior o sufren las consecuencias, las consecuencias son secuestro, exilio o muerte».