Ante el llamado del papa Francisco que insta a un «diálogo sincero» en Nicaragua, el analista político Israel Lewites señala que esa negociación debería procurarse, pero con el «círculo de hierro» del régimen, en especial, con el Ejército y descartar a Daniel Ortega y Rosario Murillo «porque son gente que no tienen honor, que no tienen palabra, son simplemente criminales, delincuentes que están aferrados al poder».
Lewites, desde el exilio, aseguró en el Podcast AHORA de Artículo 66 que actualmente no hay margen para ningún diálogo con Ortega-Murillo por lo tanto, «esa gente debe estar afuera de cualquier negociación». Considera que, aunque parezca descabellado, el diálogo tendría que incluir a las autoridades del Ejército, porque a través de esa institución se facilitaría «una transición pacífica».
«¿Diálogo? Si creo que puede haber diálogo (…) y sería totalmente comprensible que existiera una negociación con el Ejército y lograr una transición pacífica hacia un orden democrático, ¿que esté dispuesto a negociar? ¿que haya manera de hacerlo? No lo sé, es bastante complicado», reconoció el analista.
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Asimismo, explicó que el diálogo con el «círculo de hierro» de la dictadura «tendría que ser clandestino», porque cualquier persona opositora dentro de Nicaragua y de los que forman «parte de la estructura de poder de la organización criminal Frente Sandinista, tendrían su vida en riesgo si se supiese que están realizando algún tipo de negociación o conversación con contrapartes opositoras».
Israel Lewites cree que «es absolutamente necesario insistir en este tipo de diálogo (…) porque es con esta gente que forma parte actualmente de la estructura sandinista» que se debe negociar, ya que a lo interno del «Frente Sandinista hay fisuras y terror, muchos los que están ahí, no se sienten tan cómodos con este régimen, muchos ni siquiera apoyan las barbaridades que se están perpetrando pero no les queda más que fingir estar de acuerdo, porque si no pueden perder algo más que trabajo, pueden perder la vida».
Además, subrayó que la mayoría de las personas que son leales a Ortega-Murillo es porque están «condicionadas en gran medida por un tema económico y podrían verse comprometidas a la hora de que estos grandes capitales empiecen a ver que Ortega va al abismo, significa perder todas sus riquezas».
«Por tal motivo considero que empezar a presionar a este círculo de hierro, que se está lucrando con el actual orden que existe en Nicaragua, es una manera de acelerar el resquebrajamiento de las lealtades e ir facilitando una transición y una contraparte a lo interno sandinista que facilite esta transición», alegó.
Críticas a la oposición
Por otra parte, Lewites cuestionó el papel de la oposición nicaragüense ante la posibilidad de un diálogo, debido a que «la oposición deja mucho que desear en su capacidad organizativa (…) y no existe en este momento ni siquiera una contraparte para hablar de un diálogo».
«Aunque existiera gente que esté ahorita, parte del círculo de hierro la dictadura y quienes estamos dispuestos a hacer algún avance de negociación ¿con quién conversan?», apuntó.
También, señaló que el «gran desafío de esta generación es lograr vencer a la dictadura, pero no por la fuerza bruta. Obviamente existen otros escenarios todos difíciles, cada uno más duros que el otro».