La encuesta de opinión pública de la firma Cid Gallup refleja que los nicaragüenses han perdido la esperanza hacia la democracia y les da lo mismo un gobierno democrático que uno autoritario, según los datos divulgados en las redes sociales de la firma.
Nicaragua se ubica en el penúltimo puesto con 39 %, solo superado por el país vecino de Guatemala. Costa Rica ocupa el primer lugar donde el mayor número de ciudadanos consideran la democracia como el mejor sistema de gobierno con el 71 %.
La abogada, defensora de derechos humanos y experta en temas de corrupción, Martha Patricia Molina, explicó a Artículo 66 que la mejor forma de gobierno es, sin duda alguna, la democracia porque se respetan los derechos humanos, existe rendición de cuentas en la función pública, acceso a la información y respeto de las libertades públicas.
La experta señaló que la pérdida de la esperanza de los nicaragüenses, que refleja la encuesta, se debe a que la ciudadanía se ha «acostumbrado a ser vulnerada y son apáticos, mientras no son ellos quienes sufren los daños irreparables que provoca una dictadura».
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«Los nicaragüenses hemos tenido pocas vivencias y ejemplos de lo que significa una democracia porque en el 90 se fue el dictador, pero la dictadura quedó mandando desde abajo y no se ha logrado erradicar hasta la fecha. Creo que esa pobre percepción se debe a que Nicaragua es un Estado criminal y como tal la dictadura está apostando a tener un pueblo servil», dijo Molina.
La defensora de derechos humanos manifestó que el Estado criminal es aquel en que los ciudadanos pierden la capacidad analítica y de los valores esenciales de todo ser humano para distinguir entre el bien y el mal; lo justo y lo injusto; lo correcto e Incorrecto.
La democracia se ha vuelto un «sueño imposible»
Braulio Abarca, miembro del Colectivo Nicaragua Nunca Más, coincide con Molina en que los nicaragüenses han estado sometidos en las diferentes etapas de la historia a dictaduras y regímenes totalitarios que han deteriorado y vulnerado la frágil democracia que se iba cultivando en la década de los 90.
«Dentro de la historia de Nicaragua no hemos tenido un periodo sin guerras, sin dictaduras y de alguno u otra manera ha generado a nivel nacional el tema de continuar una Nicaragua sin esperanza ni democracia. Son pocos momentos y muy frágiles los que hemos vivido en un país con democracia. Desde nuestra labor como defensores y defensoras de derechos humanos ha sido documentar las graves violaciones de derechos humanos que se cometen por regímenes totalitarios», afirmó.

El defensor de derechos humanos subrayó que la falta de accesibilidad a los derechos, la separación de los poderes del Estado y la posibilidad de tener una institucionalidad democrática y estatal cada vez se «vuelve un sueño imposible de cumplir en Nicaragua, sin embargo, no perdemos la esperanza que se continúe ejerciendo la democracia, votaciones soberanas, libres e independientes; que el Gobierno respete la separación de los poderes del Estado y el Estado de derecho».
Douglas Castro Quezada, integrante de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, no cree que la población se haya «resignado a vivir en dictadura», pero considera «significativo» que la población tenga el valor de decir su opinión contraria al régimen de Ortega en este tipo de encuestas.
Además, asegura que es notable que siempre que la dictadura realiza una acción contraria a la democracia el repudio es generalizado. Quesada destacó que se debe estar pendiente y verlo como un «llamado de alarma» que no se esté «encubando en el descontento simpatias por salidas autoritarias a esta dictadura. Es decir, sustituir a la dictadura de Ortega y Murillo por otra de dictadura de nuevo cuño».
«Tenemos que estar concientes que el pueblo de Nicaragua está en medio de una represión que también tiene como objetivo desmoralizar a la gente. La propaganda del régimen se encarga a diario de hacerle creer a la gente que su dictadura es inexpugnable, que no hay esperanza, que lo malo es bueno, que el atraso es progreso y todos los mensajes insidiodos a los que nos tienen acostumbrados», concluyó.
Diversos organismos internacionales de derechos humanos han denunciado que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo rompió el orden constitucional en Nicaragua; además el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independiente (GIEI) concluyó que en el país se cometieron crímenes de lesa humanidad contra la población civil que protestó desde abril de 2018 exigiendo un cambio de gobierno. El país está sumido en una crisis social, política, económica y de derechos humanos desde hace más de cuatro años a raíz de la represión estatal contra las manifestaciones cívicas y pacíficas de la población autoconvocada.
La encuesta se realizó a una muestra de 1 mil 200 ciudadanos de cada país de Latinoamérica. Se aplicó entre el 10 y el 19 de mayo de este año. La metodología usada por Cid Gallup fue por llamadas telefónicas a los celulares de las personas que accedieron a participar de la consulta de opinión pública.