El canciller nicaragüense, Denis Moncada Colindres, fiel a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo; aseguró que en el país se respeta la libertad religiosa, a los sacerdotes, obispos católicos y pastores de cualquier denominación religiosa. En una entrevista con Diario El Mundo de El Salvador, el ministro orteguista negó que el país haya persecución religiosa, pero los informes de organismos internacionales demuestran lo contrario: Ortega persigue la voz profética de la Iglesia católica.
«El gobierno de Nicaragua y el pueblo nicaragüense son respetuosos de la libertad religiosa, somos respetuosos de los dirigentes religiosos, ya sean católicos, evangélicos o de cualquier denominación religiosa. Lo que el Estado y el gobierno de Nicaragua hace es cumplir con el mandato constitucional de cumplir y hacer cumplir la ley», dijo Moncada.
El funcionario de la dictadura manifestó que las leyes en Nicaragua «no establecen prerrogativas» para ningún sacerdote u obispo, ya sean católicos o de cualquier otra religión. Agregó que, si alguien «está actuando en violación a la Constitución y la ley, las instituciones estatales tienen que funcionar como se lo manda el orden jurídico», justificando la decisión de Ortega y Murillo de ordenar el secuestro de monseñor Rolando Álvarez, acciones que han generado una ola de condenas y denuncias de la comunidad internacional.
Noticia relacionada: Secuestro de monseñor Álvarez fue ejecutado por «vulgares ladrones»
«Hay una mala interpretación y una tergiversación de lo que pasa en Nicaragua en la realidad. Quiero reafirmarle que en el gobierno de Nicaragua somos respetuosos de la ley, de la Constitución y de las libertades fundamentales de los sacerdotes, obispos, pastores y todos los dirigentes religiosos. La población también es comprensiva que, si alguien viola la ley no puede estar por encima de la ley ni al margen de la ley», afirmó el canciller orteguista.
Denis Moncada omitió dar detalles sobre la detención del obispo Álvarez escudándose en la separación de Poderes, aludiendo que ese tema le corresponde a la Corte Suprema de Justicia (CSJ), pero en Nicaragua todas las instituciones responden a los intereses de la pareja dictatorial, según han denunciado organismos internacionales de derechos humanos.
«El comportamiento de las autoridades siempre es respetuoso con las personas que están investigando cuestiones de hechos que son violatorios de la ley, respetando sus derechos fundamentales. No quiero meterme en un campo que es específico de los organismos de investigación en el país para no tener criterios que no corresponden a la realidad», dijo Moncada.
Al ser consultado sobre la condena internacional que ha generado el secuestro del obispo Rolando Álvarez, incluida la resolución de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que fue aprobada con el voto favorable de 27 países, el canciller dijo que el organismo continental es un «instrumento de los Estados Unidos (que) siempre actúa en conjunto, siguiendo los mandatos de los Estados Unidos; por consiguiente, si Nicaragua y el gobierno sandinista no hace consenso con Washington, en la OEA, Estados Unidos le da sus instrucciones para que siempre estén acusando y aprobando resoluciones negativas en contra de nuestro gobierno».
Moncada negó los señalamientos de la periodista sobre el cierre de medios independientes y el encarcelamiento de hombres y mujeres de prensa. Dijo que en Nicaragua «no tenemos persecución de periodistas o una política de Estado desconociendo la libertad de expresión». También le espetó sobre las restricciones de ingresos a los medios internacionales para documentar la situación de Nicaragua y Moncada evadió la pregunta para salir huyendo de las consultas.
La Iglesia católica ha sido blanco de ataques del régimen tras mediar un fallido diálogo nacional. Su voz profética y respaldo al pueblo la ha llevado a sufrir amenazas, profanaciones de templos, persecución de sus sacerdotes y obispos y el exilio forzado de algunos miembros del clero.
Tras 16 días bajo asedio policial y retenido en la Curia Episcopal de Matagalpa desde el cuatro de agosto, la Policía, bajo las órdenes de Daniel Ortega y Rosario Murillo, asaltó la sede episcopal. Los agentes policiales irrumpieron en el recinto a las tres de la mañana. En el sitio, se encontraban monseñor Álvarez, cinco sacerdotes y tres laicos. El obispo fue trasladado a la casa de su familia en Managua bajo «resguardo domiciliar», en violación a la libertad de movilización y el bloqueo de su labor pastoral en las diócesis de Matagalpa y Estelí.