El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) denunció una serie de arbitrariedades cometidas por la Policía de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en el secuestro de monseñor Rolando Álvarez. El obispo de Matagalpa estaba encerrado en la Curia Episcopal desde hace 15 días con un cordón policial que lo mantenía en cautiverio en el interior de su residencia religiosa.
«Desafiantemente, desvergonzadamente la policía en su nota de prensa confiesa los delitos que están cometiendo. Advertimos que es absolutamente violatorio de cualquier ley, cualquier convenio y ofensivo a la inteligencia y racionalidad, asaltar de madrugada la curia episcopal, como vulgares ladrones, como ellos saben hacerlo», destacó el Cenidh en una nota de prensa distribuida a los medios de comunicación.
La Policía al servicio del régimen orteguista difundió la nota de prensa 078-2022 donde intenta lavarse las manos ante el secuestro a monseñor Rolando Álvarez, sacerdotes y laicos, a quienes desalojaron por la fuerza de la Curia Episcopal de Matagalpa la madrugada de este viernes, 19 de agosto.
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En la misiva, la entidad orteguista asegura que «durante varios días esperó con mucha paciencia, prudencia, y sentido de responsabilidad una comunicación positiva del Obispado de Matagalpa, que nunca llegó a darse y que, al persistir las actividades desestabilizadoras y provocadoras, hizo necesario el citado operativo de orden público».
«Estado de terror»
El Cenidh asegura que el obispo de Matagalpa fue llevado secuestrado a la casa de sus padres, extendiendo a su familia también el secuestro impuesto a monseñor Rolando.
«El régimen Ortega Murillo además está desarraigando, abusivamente están trasladando de Matagalpa hacia Managua a los demás secuestrados, eso explica el gran despliegue militar, la gran cantidad de retenes en los alrededores del Chipote, donde no dejan ni entrar a los abogados a realizar sus gestiones, ni a los familiares que llevan el agua a sus presos políticos», enfatiza la organización de derechos humanos.
Además, manifiestan que con estas acciones de la dictadura de Ortega-Murillo contra el obispo, catalogadas como persecución a la libertad religiosa, no recuperaron ninguna normalidad; sino que han trasladado la represión de Matagalpa a Managua. «Han ampliado y profundizado la intranquilidad, la zozobra. Ya toda Nicaragua está en estado de terror», subraya el Cenidh.
La Iglesia católica ha sido blanco de ataques del régimen tras mediar un fallido diálogo nacional. Su voz profética y respaldo al pueblo la ha llevado a sufrir amenazas, profanaciones de templos, persecución de sus sacerdotes y obispos y el exilio forzado de algunos miembros del clero.