Luego del asalto a la Curia Episcopal y la detención contra monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) señaló que son más de 30 horas sin saber del religioso.
La organización recordó que el jerarca católico se encuentra secuestrado en la casa de sus padres, en Managua, confirmación hecha por la Policía orteguista, asegurando de que el prelado está «en resguardo domiciliar», lo que se asume como una imposición de casa por cárcel.
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El Cenidh refirió que no hay información sobre «los cuatro sacerdotes, dos seminaristas y el camarógrafo que se encuentran presos en El Chipote. «Exigimos que los liberen, son inocente»., expresó el organismo de derechos humanos.
Ante el desconocimiento sobre la situación que atraviesa el obispo, sus sacerdotes y laicos, el Cenidh preguntó al régimen de Ortega que «¿Qué está pasando con Monseñor y los demás sacerdotes que están en El Chipote?».
En referencia a las posibilidades de que monseñor Álvarez sea expulsado de Nicaragua, los defensores de derechos humanos hicieron un llamado a los nicaragüenses a que «no dejemos que destierren a Monseñor Rolando Álvarez. Debe regresar a su Diócesis. Toda Nicaragua le necesita».
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La madruga del viernes, 19 de agosto, la Policía irrumpió en la Curia Episcopal de Matagalpa para sacar por la fuerza a sacerdotes, laicos, incluyendo a monseñor Rolando Álvarez, que se encontraban desde el cuatro de agosto, asediados por antimotines y paramilitares.
«Las personas que permanecían en esa Casa-Curia fueron trasladadas con respeto y observación de sus derechos, a la ciudad de Managua para las indagaciones de Ley», dice el comunicado, dejando constancia que la mayoría de los acompañantes de monseñor Álvarez se encuentran retenidos en El Nuevo Chipote» y reconociendo que los policías operaron aprovechando la oscuridad, violando la ley, ya que se metieron al recinto en la madrugada.
Los acompañantes del también administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, que estarían secuestrados en el conocido centro de torturas, son el primer y segundo vicario de la catedral de San Pedro, de Matagalpa, José Luis Díaz y Sadiel Eugarrios, respectivamente; así como los sacerdote Ramiro Tijerino—rector de la Universidad Juan Pablo II—y el padre Raúl González. Igualmente, enfrentarán la misma situación los seminaristas Darvin Leyva y Melkin Sequeira, al igual que el camarógrafo Sergio Cárdenas.
La Iglesia católica ha sido blanco de ataques del régimen tras mediar un fallido diálogo nacional. Su voz profética y respaldo al pueblo la ha llevado a sufrir amenazas, profanaciones de templos, persecución de sus sacerdotes y obispos y el exilio forzado de algunos miembros del clero. Álvarez es uno de los religiosos que no ha callado, más bien sigue estando en favor de los nicaragüenses, víctimas de la represión orteguista.