Para el analista político y miembro de la Unión Democrática Renovadora (Unamos), Héctor Mairena, la persecución de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra monseñor Rolando Álvarez es una «arremetida represiva contra la Iglesia nunca vista en la historia en Nicaragua». Afirma que la «resistencia cívica y pacífica» es una derrota para el régimen.
Monseñor Álvarez junto a 10 personas más, entre sacerdotes y laicos, cumplieron este lunes, 15 de agosto, 12 días de estar encerrados en la Curia Episcopal de la Diócesis de Matagalpa por órdenes de la pareja dictatorial. Un fuerte contingente de policías mantiene cercada la sede del episcopado sin permitir entrada o salida del edificio.
«Está escalada represiva obedece a los delirios de la pareja dictatorial de querer disputarle a la iglesia su influencia o el miedo que tienen de que la Iglesia católica se convierta en una fuerza catalizadora de la inconformidad y el rechazo popular que hay contra la dictadura», dijo Mairena en un comentario que publicó en su canal de YouTube.
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«También ha sido una arremetida contra medios de comunicación, lo que persigue (el régimen Ortega Murillo) es no dejar ningún espacio independiente. La dictadura en su práctica totalitaria quiere someter a cualquier espacio independiente, sea de la sociedad civil de la Iglesia o un medio de comunicación, y si no se someten lo decapitan», advirtió.
«Una derrota moral» de la dictadura
El opositor considera que Daniel Ortega y Rosario Murillo le «teme a la palabra libre» que representa el obispo Rolando Álvarez y la Iglesia católica nicaragüense y que por eso persigue y encierra al obispo de Matagalpa, cierra medios de comunicación independientes e informativos en todo el país.
La dictadura teme a la palabra libre por eso reprime a los sacerdotes por eso persigue y encierra a Monseñor Álvarez por eso cierra medios de comunicación independientes y espacios informativos en distintas partes del país.
«Está claro que la situación actual alrededor del obispo Rolando Álvarez deberá tener un desenlace pronto, pero lo cierto es que la dictadura ya perdió esta batalla. Ha sido derrotada mediante esta resistencia pacífica y cívica de monseñor Álvarez que ha estado acompañado por miles de nicaragüenses que, a través de distintas maneras, han expresado su solidaridad con el obispo y su rechazo a la dictadura», aseveró.
«Le ha infringido el obispo Álvarez y toda la feligresía católica una contundente derrota moral a la dictadura, otra derrota moral. Derrotas que son imprescindibles en tanto se logra su derrota política definitiva que, más temprano que tarde, llegará», concluyó.