Dirigentes políticos de la Unidad Nacional Azul y Blanco (Unab), Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) y el exembajador de Nicaragua ante la Organización de los Estados Americanos Arturo McFields consideran que la elección de Werner Vargas como secretario general del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) es una amenaza para la seguridad de la región porque no representa los intereses de los pueblos, en particular, la democracia, paz, justicia, libertad y derechos humanos.
Vargas es el último de un rosario de candidatos que propuso Ortega para ostentar el puesto más importante del SICA, organismo regional que estuvo por más de un año sin secretario general ante la negativa de los países miembros de escoger a los otros postulantes de la dictadura nicaragüense.
El canciller de Costa Rica, Arnoldo André, defendió la elección de Vargas al afirmar que era «el mejor candidato» que el régimen de Nicaragua podría proponer para la secretaría general del SICA y que la votación a favor de del emisario sandinista «no es un apoyo a Ortega». También fue electo para destrabar la ejecución de 153 millones de dólares de cooperación internacional que estaban en el limbo ante la falta de su máximo representante.
Noticia relacionada: Enviado de Ortega asume secretaría general del SICA
«Es completamente falso afirmar que la elección del candidato Werner Vargas sea un espaldarazo a Daniel Ortega. Costa Rica mantiene su condena a la violación de Derechos Humanos que ocurre en Nicaragua. Nos preocupan los presos políticos y sus familiares, la falta de libertad de prensa y otros aspectos que han sido resueltos por los Organismos Internacionales, cuyas resoluciones hemos apoyado enérgicamente», escribió en un artículo de opinión publicado en Diario Extra.
McFields: «Ortega es un factor de inestabilidad para la seguridad centroamericana»
El exdiplomático de la dictadura, Arturo McFields, señaló que los presidentes que conforman el SICA, al elegir al candidato de Ortega en la secretaría general, «violentaron y pisotearon» el Protocolo de Tegucigalpa porque el acta constitutiva del organismo establece que los Estados miembros deben respetar y defender los derechos humanos y la democracia; sin embargo, la dictadura nicaragüense «es un símbolo, un causante de falta de democracia, crisis política, institucional, violaciones a los derechos humanos y, sobretodo, es un factor de inestabilidad para la seguridad centroamericana».
«Hoy estamos en un día de duelo para el SICA. El SICA ha muerto el día de hoy, ha perdido toda institucionalidad y una vez que la institucionalidad se pierde es difícil volverla a encontrar. Son las señales de los nuevos tiempos que vivimos, en los que se pregona la integración sin integridad. Se le acaba de dar un premio a una persona (Daniel Ortega) que está explotando, maltratando a su pueblo, violentando sus derechos humanos, secuestrando al pueblo de Nicaragua», enfatizó.
«Fue un error haber entregado la joya de la corona del SICA a una dictadura, tarde o temprano los mismos países que lo hicieron solo para conseguir algún tipo de financiamiento o crédito lo van a lamentar. Se ha dañado una institución regional que poco a poco venía ganando cierto tipo de credibilidad y solidez. Se ha retrocedido 20 años en la integración centroamericana. Es un día de duelo, es un día de lamentación para Centroamérica», prosiguió.
«Consolidación del autoritarismo en la región» y el SICA
Juan Carlos Ocampo, integrante del Consejo Ejecutivo de la Alianza Cívica, explicó que la elección del candidato propuesto por la dictadura de Ortega Murillo al SICA es una muestra de la «consolidación del autoritarismo en la región», donde, según él, confluyen autoritarismos de izquierda y derecha.
«La dictadura en Nicaragua y la consolidación del autoritarismo en la región es una amenaza a la estabilidad, la seguridad y el Estado de Derecho en Centroamérica. La experiencia de Nicaragua también ha dejado claro que la priorización de los intereses económicos por encima de los valores democráticos, no es una buena apuesta», manifestó Campos.
«De nada sirve a nuestra región que los dirigentes políticos se pongan de acuerdo si no se traduce en estabilidad, en seguridad, en desarrollo inclusivo y sostenible. A larga habrá más violencia, más inestabilidad. Queda en manos de la sociedad civil de nuestros países hacerle frente a esta deriva autoritaria de la región, en colaboración estratégica con la comunidad internacional», agregó.
Ana Quiróz Viquez, integrante del Consejo Político de la Unab, aseguró que la organización que representa lamenta la decisión de los Estados miembros del SICA de entregar el más alto cargo a un emisario de Daniel Ortega y Rosario Murillo porque «consideramos que este señor no representa los valores que mueven al sistema interamericano ni será capaz de representar los intereses del pueblo de Nicaragua, en primer lugar; ni del resto de Centroamérica».
Fernando Brenes, integrante del Consejo Ejecutivo de la Alianza Cívica, aseguró que los gobiernos de Centroamérica han asumido posiciones «autoritarias en la forma de gobernar similares al régimen Ortega Murillo en detrimento de la construcción democrática del área que se venía gestando desde los Acuerdos de Paz, al encontrarnos en un punto de amenaza a los sistemas democráticos».
Brenes subrayó que la elección de Vargas en el SICA se enmarca dentro de una «lógica de la deriva autoritaria que la región centroamericana sufre; lo cual constituye un desafío para Estados Unidos en particular y para el sistema democrático».