Unos 28 grupos de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Matagalpa expresaron su «sufrimiento y solidaridad» con su obispo, monseñor Rolando Álvarez Lagos, ante la persecución y asedio policial que le impuso la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Desde el pasado tres de agosto, el purpurado, cinco sacerdotes, dos seminaristas y cuatro laicos permanecen cautivos en la Curia Episcopal de esa ciudad por órdenes del régimen.
El viernes, cinco de agosto, la Policía orteguista informó que monseñor Rolando Álvarez y altas autoridades de la Iglesia en Matagalpa son investigados porque «están intentando organizar grupos violentos, incitándolos a ejecutar actos de odio en contra de la población, provocando un ambiente de zozobra y desorden, alterando la paz y la armonía en la comunidad, con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales».
Según las autoridades policiales, las investigaciones son con la finalidad de «determinar la responsabilidad penal de las personas involucradas en la comisión de estos actos delictivos», cuando el obispo Álvarez solo ha convocado a misas y «cantadas» mientras ha estado en ese estadio de sitio y cautiverio forzado.
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En la declaración de la Pastoral Juvenil también extienden su solidaridad con el clero diocesano porque cinco sacerdotes, junto a monseñor Álvarez, también están sometidos al encierro impuesto por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo para acallar la voz profética de la Iglesia.
«Siendo fieles a la verdad anunciada por Jesucristo, confiando en sus designios nos hemos unido desde las veintiocho parroquias a una Jornada de Oración por la Iglesia, nuestro obispo, el clero diocesano y la paz en Nicaragua, desde las diversas zonas pastorales; por lo que animamos a todas las pastorales juveniles a unirse de forma virtual y en los lugares que sea posible de forma presencial», destaca el pronunciamiento de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Matagalpa.
«De esta forma reiteramos nuestro apoyo incondicional como juventud matagalpense recordando las palabras del clero diocesano: “Invitamos al Pueblo de Dios a seguir doblando rodillas por la iglesia, por nuestros sacerdotes y por nuestra amada Nicaragua. Orar es siempre posible: el tiempo del cristiano es el de Cristo resucitado que está con nosotros ‘todos los días (Mt28:20), cualesquiera que sean las tempestades (Le 8:24)», añade.
Estos nuevos ataques a la Iglesia incluyeron el cierre de todas las radios religiosas que eran administradas por la Diócesis de Matagalpa. También la cancelación de TV Merced, el Canal Católico de Nicaragua, propiedad de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), el asedio a templos religiosos; la ocupación de los equipos de transmisión de las radios; el asedio por tres días al padre Uriel Vallejos y la toma de la capilla Niño Jesús de Praga, en Sébaco.
Las relaciones entre el régimen sandinista y la Iglesia católica de Nicaragua han estado marcadas por roces y desconfianzas en los últimos 43 años. Ortega ha tildado de «terroristas» a los obispos nicaragüenses que actuaron como mediadores de un diálogo nacional con el que se buscaba una salida pacífica a la crisis que vive el país desde abril de 2018.