La vicemandataria de Nicaragua, Rosario Murillo, inició su comunicación telefónica en medios oficialistas dirigiéndose a líderes católicos a quienes señaló de «espíritus malignos» y que «manipulan símbolos sagrados». La vocera de Daniel Ortega además dejó en claro que hará todo lo que esté a su alcance para «defender la paz».
«Como hay personajes que se han prestado a lo largo de la historia al servilismo, al lacayismo, a la sumisión y al arrodillamiento ante el yanqui invasor, es la verdad. Espíritus malignos, malévolos, ridículos incluso, son todavía resabios y hacen el ridículo sin estatura moral alguna, personajes que creen que pueden ocupar lugares de autoridad que tal vez no merecen y tal vez no son para ellos por falta de estatura moral», dijo la portavoz, sancionada por violadora de derechos humanos.
Noticia relacionada: Murillo dice que su régimen está creando un nuevo mundo «sin imposiciones»
La reacción de la vicedictadora llega este jueves, cuatro de agosto, cuando monseñor Rolando Álvarez decidió salir con Jesús Sacramentado a orar por Nicaragua en medio del asedio de cerca de 50 policías que tienen cercada la Curia Episcopal de Matagalpa e impidiendo que feligreses se acerquen a la capilla.
«Somos ese pueblo de Dios, cristiano, socialista, un pueblo que demostró su capacidad en la defensa de la paz y que defendemos a toda costa la paz y la seguridad. Hay imágenes salidas de lo absurdo, imágenes que incluso reflejan una manipulación de símbolos que incluso deben ser sagrados para todos», continuó expresando Murillo que en medio de sus señalamientos aprovechó para celebrar el recorrido de Santo Domingo de Guzmán en la capital.
La vicemandataria celebró que «hoy en nuestra Managua se vive el aroma de pólvora de cuetes, festivos, no de otras cosas que conocimos, combatimos y sobre esas cosas de la maldad triunfamos, esta es pólvora festiva y de la alegría de celebrar la paz. Vemos las procesiones en los distintos barrios de la capital, vemos los bailes, esos movimientos de los pueblos y el zangoloteo mostrándose en celebración de las tradiciones».
En los últimos meses, la dictadura de Ortega emprendió una persecución contra la Iglesia católica y sus principales líderes. A inicios de mayo, la Policía había iniciado una ola de asedio contra los sacerdotes, entre ellos está el padre Harving Padilla, párroco de la iglesia San Juan Bautista, de Masaya; el padre Uriel Vallejos, párroco en Sébaco, Matagalpa.
Noticia relacionada: Monseñor Álvarez, a policías de Ortega: «En la noche me quedo solo, de ustedes depende mi vida»
Monseñor Álvarez es uno de los sacerdotes mas asediados por la dictadura de Nicaragua. Esta es la segunda vez que la Policía emprende un fuerte asedio en su contra, no permitiendo que la feligresía ingrese a la Curia.
La mañana de este cuatro de agosto, monseñor Álvarez salió con el Santísimo en mano a encarar a los agentes y paramilitares de la dictadura, pidiendo que cese el asedio en su contra y cuestionando el encierro impuesto por el régimen en su contra, «¿Qué es lo que está sucediendo. ¿Tendremos que celebrar la eucaristía en la calle, tendremos que agarrar a Jesús Sacramentado en la calle?, pues lo hacemos porque el Señor es el Señor de las calles, es el Señor de la historia» expresó el religioso a oficiales de la Policía que los mantienen resguardado con fusil AK en mano.
Murillo reiteró que «estamos construyendo el porvenir, aquí estamos trabajando duro para crear futuro y consolidar la paz, defendiendo la paz con dignidad y decoro, en honor nacional, aquí estamos defendiendo nuestra soberanía y diciendo que esta patria es nuestra».