El asedio policial de la dictadura de Daniel Ortega persiste contra el padre Uriel Vallejos, párroco de la iglesia Divina Misericordia, de Sébaco, quien se encuentra en la casa cural de la Capilla Niño Jesús de Praga.
El cerco policial contra el religioso ha persistido desde la noche del lunes, primero de agosto, cuando agentes de la Dirección de Operaciones Especiales (DOEP) de la Policía asaltaron el templo y atacaron a feligreses que llegaron a respaldar al sacerdote Vallejos.
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«Continuamos custodiados, acá estamos; solo nos queda pedir fuerza al Señor. Gracias por sus oraciones. ¡No me dejen solo!», fue la petición del jerarca católico a sus feligreses a través de su cuenta de Twitter.
Apelando a su fe religiosa, el párroco expresó que «la Virgen de Fátima nos está acompañando». Además, reafirmó que «hay muchos antimotines dentro de la capilla, fuera y en el colegio. ¡Fuerza a todos!».
Según imágenes divulgadas por la parroquia Divina Misericordia, donde sonaron las campanas en señal de alerta, al lugar acudieron decenas de feligreses a defender las instalaciones y los equipos de Radio Católica, pero fueron repelidos por la policía con disparos al aire y bombas lacrimógenas.
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Más temprano, el sacerdote Vallejos informó que trabajadores del Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor) acudieron con «la notificación del cierre de Radio Católica de Sébaco, queriendo ingresar atrevidamente a las instalaciones de la radio. No se le permitió».
Organismo defensores de derechos humanos y grupos de oposición han condenado la agresión, sosteniendo que «Ortega descarga odio y venganza contra la Iglesia católica».
El Colectivo de Derechos Humanos, Nicaragua Nunca Más, afirmó que la violenta e ilícita acción de los agentes del Estado es parte de la persecución contra la Iglesia católica, «con la cual se descarga odio y venganza porque dicha Iglesia está firmemente comprometida con la población oprimida por un estado de terror que desde hace más de cuatro años mantiene una sistemática persecución con graves violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad».
El padre Vallejos se ha convertido en otro blanco de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, quien ha emprendido una «cacería» contra líderes católicos, encarcelando a los sacerdotes Manuel Salvador García y José Leonardo Urbina, acusados de delitos comunes