Después de más de 40 días sin ser visto por su familia, el preso político Pedro Salvador Vásquez Cortedano fue visitado por novena ocasión, el domingo, 24 de julio, en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ, conocida como «El Nuevo Chipote», en Managua.
Un familiar del exchófer de la también presa política Cristiana Chamorro dijo a Artículo 66 en condición de anonimato que Vásquez está «súper delgado» y presenta pérdida de la audición, además de los problemas de presión y alergia en la piel.
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«Está siempre delgado, ahora está sordo, me dijo que tengo que hablarle fuerte para que me pueda escuchar (…) Esto es preocupante porque él —Pedro Vásquez— no estaba así», reprochó.
Señaló que hasta el momento no ha recibido atención médica. «El médico no le dice nada ni lo revisa, solo pasa dejándole el medicamento para la presión», declaró.
«Pedro ya está vacunado —contra el COVID-19—. Me dijo que ya tiene la tercera dosis, le hicieron la prueba de diabetes, gracias a Dios no es diabético», agregó la familiar del reo de conciencia; además dijo que «la piel siempre la tiene marchita porque hay momentos que no sale a tomar sol por el medicamento que le dan».
Continúan interrogatorios
Pese a que la justicia de Ortega condenó a Vásquez a siete años de prisión, tras ser acusado de ser colaborador necesario para el delito de lavado de dinero, bienes y activos en el caso de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro (FVBCH), sus familiares denuncian que continúan los interrogatorios.
«Me dijo que siempre le preguntan lo mismo, él les dice que para qué le preguntan si siempre le canta (dice) lo mismo. Además me dijo que después de la visita lo llevan a interrogar para saber qué información le llevo o qué le manda a decir el abogado», denunció la familiar.
Policía interroga a familiares de Vásquez antes de la visita
Por otra parte, la fuente señaló que antes de la visita al reo de conciencia, los agentes policiales de la dictadura orteguista la interrogaron. «Dos policías me preguntaron que qué había hecho Pedro —Vásquez— con todo el dinero que recibió cuando trabajaba y que cuánta cantidad de terreno tiene», relató.
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«Le dije que Pedro no tiene nada, que Pedro lo que tiene solo son los pelos de la cabeza y su ropa; y no tiene nada porque —el régimen de Ortega— le ha truncado todos sus sueños», fustigó.
Los agentes policiales siguieron preguntando a los familiares del extrabajador de Cristiana Chamorro que cuántos hijos tiene y por qué ellos no llegan a las visitas que casi cada dos meses permiten.
«Esto es un atropello, porque quieren saber cosas personales, a pesar que ya está condenado. Es lamentable que sigan preguntando, sabiendo que Pedro Vásquez es una persona honesta», reprochó.
Los oficiales de la dictadura también cuestionaron sobre si Vásquez es «azul y blanco». «Les dije que no sabía qué color era, solo sé que ellos lo tienen allí —En El Chipote—», agregó.
«No dejaron pasar ni una galleta»
En cuanto al ingreso al «El Chipote», la familiar se sumó a la denuncia de otros familiares de presos políticos que señalan abuso de autoridad policial al momento de pasar revisión.
«En la entrada fue un atropello, porque no nos permitieron pasarle ni siquiera un paquete de galletas; esto es injusto porque nuestros familiares presos tienen derecho a recibir aunque sea galletas o un maní», dijo la familiar.
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La requisa también se volvió hostil, según relata la entrevistada. «No tiene nombre cómo nos revisan, me bajaron el pantalón, me hicieron que me bajara la blusa, me tocaron el pelo, me lo alborotaron; esto es algo anormal, porque cómo van a creer ellos —la Policía— que voy a hacer algo para causarle daño a Pedro», dijo.
Pese al cautiverio que vive el reo político desde el 15 de junio, sigue afirmando que es inocente de todos los delitos imputados por la justicia de Ortega. «Algún día voy a salir libre, no pierdo la esperanza que estaré junto a mis hijos», expresó con aplomo Pedro Vásquez uno de los más de 190 reos de conciencia en Nicaragua.