El preso político Juan Sebastián Chamorro mantiene una demanda desde las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocidas como «El Nuevo Chipote», para que le dejen comunicarse con su esposa Victoria Cárdenas y su hija. El aspirante presidencial no las ve desde hace 412 días cuando fue apresado por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Su esposa Victoria Cárdenas, perseguida política del régimen de Nicaragua, dijo a Artículo 66 que Chamorro sigue sometido a la violación de sus derechos humanos y torturas en «El Chipote». «Mi esposo se mantiene incomunicado, sin comunicación absoluta con su hija y conmigo desde que lo secuestraron el ocho de junio (de 2021)», afirmó.

Desde su detención no se le ha permitido enviar ni recibir una carta de sus familiares; tampoco ha tenido acceso a llamadas telefónicas ni a visitas regulares. Las visitas a los presos políticos en la DAJ se hacen cada 40 o 50 días. Esta vez les avisaron que verían a sus parientes en cautiverio con apenas unas horas de anticipación.
«Las condiciones dentro (de la cárcel) se mantienen: no tiene material de lectura, ni una Biblia, no tiene material de escritura, duerme en una cama de concreto con colchón desgastado y sucio. Desde la denuncia que hicimos con la campaña Se Humano con los retratos hablados, le mejoraron la comida y les incrementaron las horas patio sol. Les dan más cantidad y variedad de comida», destacó.
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Al preso político Juan Sebastián Chamorro y a los demás reos de conciencia antes los sacaban a tomar el sol una vez cada 10 días y ahora casi diario o dos veces a la semana, según declaraciones de Cárdenas. Dormir en una cama de concreto le ha afectado el sueño y le provoca dolores musculares y en la espalda.
«Eso es un derecho que ellos tienen y que solo con la campaña logramos que estos dos aspectos mejoraran un poco, pero las (malas) condiciones continúan. No es algo bueno, es un deber, una regla mínima que debe haber en una prisión. Nuestra demanda se está cumpliendo hasta ahora, ellos no deberían haber perdido esa cantidad de peso que han perdido, no deberían estar pálidos», mencionó.
La esposa de Juan Sebastián Chamorro afirmó que lo más grave de todo es que los presos políticos no tienen atención médica oportuna ni especializada. Dijo que hay personas que están en condiciones de salud grave, que no son atendidas ni en su casa ni en «El Chipote» y por eso «decimos que la vida de todos ellos (los presos políticos) corre peligro».