El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, comunicó este miércoles a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, que su país concederá 1.000 millones de dólares adicionales en ayuda militar para Ucrania, en respuesta a la invasión rusa.
Biden informó en un comunicado publicado por la Casa Blanca de su conversación telefónica con Zelenski, donde precisó que la asistencia incluirá artillería, sistemas de defensa costera y cohetes para apoyar a los ucranianos “en sus operaciones defensivas” en el Donbás, en el este de Ucrania.
Asimismo, conversaron sobre los esfuerzos del secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, que hoy se encuentra en Bruselas, “para coordinar un respaldo internacional adicional a las fuerzas ucranianas”.
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Aparte de la ayuda castrense, Biden anunció este miércoles que EE.UU. dará a Ucrania 225 millones de dólares más en asistencia humanitaria para proporcionar agua potable, suministros médicos, comida, alojamiento y dinero a los ucranianos.
El mandatario estadounidense afirmó que en su llamada con Zelenski reafirmó su compromiso de que “los EE.UU. permanecerán junto a Ucrania” en la defensa de su democracia, soberanía e integridad territorial “frente a la agresión rusa injustificada”.
Austin participa este miércoles en la tercera reunión del grupo de contacto de apoyo a Ucrania, que se desarrolla en Bruselas, donde instó a que la comunidad internacional intensifique su compromiso con la autodefensa de ese país y siga enviando armas a Kiev.
Según datos del Pentágono del pasado 1 de junio, EE.UU. ha destinado unos 4.600 millones de dólares en asistencia de seguridad a Ucrania desde el inicio de la invasión rusa, el pasado 24 de febrero.
La OTAN insiste en apoyo a Ucrania en momento crítico de batalla en Donbás
Los ministros de Defensa de la OTAN mantendrán su compromiso de proporcionar armas pesadas y sistemas de largo alcance a Ucrania en un momento crítico de la batalla con Rusia en la región del Donbás.
“Los aliados se comprometen a seguir proporcionando el equipo militar que Ucrania necesita para prevalecer, incluidas las armas pesadas y los sistemas de largo alcance”, avanzó el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, antes de celebrarse en la sede de la Alianza una cena de los 30 aliados con sus socios de Ucrania, Georgia, Suecia, Finlandia y la Unión Europea.
Stoltenberg se expresó así en una rueda de prensa previa a esa cena y a la reunión que los ministros celebrarán mañana en Bruselas para abordar los planes de disuasión y defensa y la financiación militar.
Los aliados esperan escuchar del ministro ucraniano de Defensa, Oleksii Reznikov, las “necesidades urgentes” de su país en la campaña contra Rusia antes de anunciar nuevos apoyos para Ucrania.
La OTAN no está organizando las entregas de ayuda o armamento a Ucrania para defenderse de la invasión de Rusia, pero los aliados individualmente ya le han proporcionado equipos militares por valor de miles de millones de dólares, así como ayuda económica y humanitaria, recordó Stoltenberg.
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Además, durante la cumbre del 29 y 30 de junio en Madrid que celebrará la OTAN, avanzó que los líderes aliados prevén acordar para Ucrania un paquete integral de asistencia que le ayude a largo plazo a transitar de los equipos militares de la era soviética a otros más modernos como los que utilizan los países de la Alianza, lo que le permitiría además mejorar la interoperabilidad con ellos.
En los márgenes de la reunión de la OTAN se celebrará un encuentro del grupo de contacto de apoyo a Ucrania que dirige Estados Unidos, a fin de “debatir las necesidades urgentes de equipamiento militar de Ucrania”, apuntó Stoltenberg, quien agradeció a las autoridades estadounidenses “su liderazgo y coordinación”.
Esta reunión del grupo de contacto será la tercera desde su puesta en marcha, en la base americana de Ramstein (Alemania) el pasado 26 de abril, cuando el secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin, reunió a los titulares de Defensa de unos 40 países, además de a Stoltenberg, para hablar sobre cómo incrementar la ayuda a Ucrania.
PREPARACIÓN PARA LA CUMBRE
Los ministros aliados de Defensa continuarán en esta reunión la preparación de la cumbre de Madrid, en la que se aprobará un nuevo “concepto estratégico”, el documento que guiará las prioridades y políticas de la Alianza en la próxima década y que se verá muy influido por la nueva situación con Rusia tras su agresión a Ucrania.
En concreto, en la reunión ministerial hablarán del gasto militar y los planes de disuasión y defensa, teniendo en cuenta que la Alianza ya ha reaccionado a la guerra en Ucrania acordando duplicar sus batallones en países del flanco este hasta llegar a ocho, y situando bajo el mando de la OTAN a más de 40.000 militares.
“Ahora tomaremos decisiones sobre la escala y el diseño de nuestra postura a largo plazo. Para garantizar que podamos defender cada centímetro de territorio aliado. Desde el primer momento, en todo momento, y contra cualquier amenaza. Esto significará un gran aumento de nuestra presencia, capacidades y preparación”, apuntó Stoltenberg.
En concreto, dijo que eso implicará más formaciones de combate de la OTAN para reforzar los batallones del este; más defensas aéreas, marítimas y cibernéticas, y equipos preposicionados y arsenales de armas.
“Y un nuevo modelo de fuerzas, con más fuerzas con mayor disponibilidad, y fuerzas específicas preasignadas a la defensa de aliados concretos”, agregó.
A la cumbre el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, “será invitado”, dijo Stoltenberg, y “será bienvenido” si puede acudir en persona pero, si no es posible, tendrá la oportunidad de intervenir por videoconferencia.
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Otro asunto que los aliados confían en que pueda estar resuelto para la cumbre es el proceso de adhesión solicitado por Finlandia y Suecia, vista la amenaza que ha supuesto el comportamiento de Rusia.
No obstante, Turquía mantiene su bloqueo a esa adhesión por la política de esos países nórdicos de acogida de militantes kurdos, pese a los esfuerzos diplomáticos por avanzar en el proceso, que requiere la unanimidad de los aliados.
Stoltenberg volvió a hablar hoy por teléfono con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y éste le comunicó que necesita pasos concretos y compromisos escritos antes de retirar su veto.
Diversas fuentes aliadas consideran que si no se cierra el asunto para la cumbre de Madrid, podría quedar tocada la imagen de unidad de la Alianza pero que, en cualquier, caso, proseguiría la negociación para que finalmente Suecia y Finlandia puedan formar parte de la organización, un proceso en el que consideran que no hay marcha atrás.