La delegación de opositores y sociedad civil nicaragüense presente en la IX Cumbre de las Américas inició una intensa jornada de denuncia en Los Ángeles, California, donde se desarrolla el evento político más importante del continente que reúne a delegaciones de todos los países del hemisferio.
En su primera reunión, la delegación nicaragüense sostuvo un encuentro con Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), donde abordaron diversas temáticas, según publicó Almagro en su perfil de Twitter.
«Reunión con delegación de Nicaragua en IX Cumbre sobre desmantelamiento de organizaciones de sociedad civil en el país, violaciones de DD. HH. y crímenes de lesa humanidad y aniquilamiento de libertad de expresión con 21 medios cerrados y 65 periodistas procesados. Urge la libertad de presos políticos», escribió Almagro en su cuenta de la red social.
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Almagro acompañó su tuit con dos fotografías de los nicaragüenses entre lo que se encuentran Marcos Carmona y Denis Darce de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), una de las ONG canceladas por la dictadura; Wendy Flores, miembro del Colectivo Nicaragua Nunca Más y Edipcia Dubon, diputada opositora destituida.
En la reunión también participaron la dirigente campesina Francisca Ramírez; Haydée Castillo de la organización Nicaragüense en el Mundo; Harold Rocha de la Unidad Nacional Azul y Blanco (Unab) y Carmela Rogers, presidenta del ilegalizado partido Ciudadanos por la Libertad (CxL).
Funcionarios de la Casa Blanca confirmaron la semana pasada que Nicaragua, Cuba y Venezuela no están invitados a la cumbre, porque EE.UU. no los considera sistemas democráticos. Los opositores llevan como mensajes principales la libertad de los presos políticos, el cese de la represión y el incremento de la presión internacional al régimen Ortega Murillo a través de sanciones.
Nicaragua lleva cuatro años en una crisis sociopolítica que, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha dejado al menos 355 muertos, de los que Ortega reconoce 200, y ha llevado al exilio a más de 100.000 nicaragüenses, así como el cierre de medios de comunicación y la cancelación de cientos de ONG.