El observatorio «Ojo Crítico» de la organización PEN Internacional denunció que en Nicaragua «no cesa la represión». En el recuento de los principales actos contra la ciudadanía incluyen el hostigamiento y persecución contra periodistas, opositores y la Iglesia católica.
El primer caso que abordan es el exilio de la periodista Elba Ileana Molina, corresponsal de Canal 10 en Carazo. El resumen señala que salió de país tras recibir amenazas de activistas ligados al gobierno.
«En noviembre de 2021, la casa de la reportera fue marcada con las palabras “Estás vigilada” y las siglas FSLN y PLOMO (muerte), según denunció Molina en su momento a través de las redes sociales», destaca PEN.
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El resumen recoge la persecución del régimen de Ortega y Murillo desatada contra monseñor Rolando Álvarez, el sacerdote Harving Padilla de Masaya, el padre Uriel Vallejos, de Sébaco; y el cierre del Canal Católico de Nicaragua.
«A la denuncia de Álvarez se sumaron esta semana las de otros sacerdotes católicos. También el padre Harving Padilla, párroco de una iglesia de Masaya, vecina a la capital, denunció que la policía lo vigila permanentemente, mientras que el párroco Uriel Vallejos, de la norteña localidad de Sébaco, dijo estar siendo “acosado”», destaca PEN.
«Además, a través del estatal instituto de Telecomunicaciones y Correos (Telcor) el gobierno ordenó a la empresa telefónica Claro eliminar de su programación al canal 51 o Canal Católico, propiedad de la Iglesia, tras lo cual la televisora quedó de inmediato fuera del aire», añade.
Otro de los casos que menciona el informe es el cierre de Radio Católica de Bluefields que anunció la suspensión de sus transmisiones debido a las complejas condiciones económicas y de subsistencia para los medios independientes en Nicaragua, aunado al constante asedio por parte de las autoridades.