El Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred) informó que una posible saturación de los suelos debido a las lluvias que se han estado generando en los últimos días en el territorio nicaragüense habría sido lo que originó el deslave en las laderas del volcán Mombacho, en Granada. Unas 40 familias fueron evacuadas ante la amenaza.
Los ciudadanos se empezaron a alarmar a las ocho de la noche del lunes, 23 de mayo, cuando pobladores de Aguas Agrias escucharon estruendos en el volcán, «al mismo tiempo que las aguas del Río Brujo crecieron y estaban llenas de sedimentos», dijo el Sinapred en su comunicado.
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Guillermo González, director del Sinapred, señaló que, ante esa situación establecieron coordinaciones con especialistas del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter) para «profundizar» y conocer a fondo lo que ha ocurrido y así tomar medidas que prevengan cualquier situación.
Las entidades destacan que, elementos de rescate del Ejército de Nicaragua y la Defensa Civil se hicieron presentes al lugar para evaluar las condiciones y apoyar a la población en caso de ser necesario. «Hubo un pequeño deslizamiento que fue lo que provocó la salida de ese material, en términos generales la calma a vuelto» dijo González.
De acuerdo con el Sinapred, en la zona hay al menos 641 residentes y según los datos del Ineter, las laderas del volcán Mombacho, la zona del Río Brujo y aledaños, son lugares de alta vulnerabilidad a deslizamientos de tierras, además de que poseen un riesgo alto de vulnerabilidad de ser afectados ante deslizamientos.
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«Ya los especialistas de Ineter se están desplazando al lugar para hacer un estudio pulcro de cómo es la situación, qué fue lo que originó este hecho», refirió González, quien calificó como «muy adecuada» la reacción de las familias que decidieron autoevacuarse ante la situación de emergencia.
En todo el municipio de Nandaime hay al menos 3,600 personas que corren riesgo alto por deslizamiento, y estas integran 10 comunidades, que en su mayoría viven en las laderas del volcán. Además, en esa área hay poca cobertura telefónica, por lo que se vuelve casi imposible la comunicación con quienes viven en estos lugares.