El obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, monseñor Rolando Álvarez Lagos, aseguró que, hoy más que nunca los sacerdotes tienen que «estar unidos» aprovechando sus propias diferencias que son «riquezas cuando son vistas desde la luz de Cristo» y que no necesitan que nadie les «señale pecados» porque «los conocemos muy bien».
«Un cristiano lúcido no necesita que le señalen sus pecados ni mucho menos ponerle apellidos o sustitutos al nombre de los pecados. Somos conocedores de nuestros pecados, cada uno de nosotros los sacerdotes, en nombre de Él no necesitamos que nadie nos señale nuestros pecados, los conocemos muy bien, gracias a Dios», dijo Álvarez en la homilía del último día de la jornada de «Formación Permanente», del clero de las Diócesis de Matagalpa y Estelí.
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El obispo manifestó que la Iglesia debe estar unida contra los enemigos de Cristo, contra los enemigos de la Iglesia, «contra los que no nos quieren, contra los que nos quisieran ver destruidos, pisoteados para terminar con la esperanza del pueblo, la alegría del pueblo, con las expectativas santas de nuestro pueblo».
«Somos conscientes que es una batalla espiritual. Nuestra lucha no es contra fuerza humana alguna, es contra potestades del maligno, del mal y la gran fuerza que tenemos como Iglesia es la unidad. Una unidad que debe ser incorruptible, que procediendo de Cristo debe ser intachable. Hoy más que nunca tenemos que estar unidos en el Señor y unidos unos a otros. Que Cristo ilumine las tinieblas que nos acechan y que nos fortalezca en la gracia y el don de la unidad», enfatizó.
La misa fue presidida por monseñor Rolando José Alvarez Lagos, y concelebrada por monseñor Marcel Mbaye Diouf, secretario de la Nunciatura Apostólica del Vaticano en Nicaragua.
Régimen pretende criminalizar a los sacerdotes
El cuatro de mayo, la administración de Daniel Ortega aprobó un informe que pretende reformar las normas jurídicas penales de Nicaragua con el objetivo de incrementar las condenas de cárcel contra los futuros presos políticos y criminalizar a los líderes religiosos y defensores de derechos humanos por «traición a la patria».
Monseñor Carlos Avilés, vicario general de la Arquidiócesis de Managua, dijo recientemente que la Iglesia católica «solo ha acompañado» al pueblo de Nicaragua en su descontento con la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que cada vez son más «impopulares» y eso a ellos les «duele, les molesta, no les gusta».
«Si tienen pruebas para echarnos presos, pues que lo hagan. Públicamente han dicho que los obispos son golpistas, ladrones, terroristas, si tienen pruebas que lo hagan pero si no, yo digo que es un juego mediático y quien le hace eco, le está haciendo el juego», insistió.