Miles de trabajadores exigieron que se respete el derecho al trabajo y mejores salarios en Panamá este domingo primero de mayo, durante una marcha liderada por los sindicatos que denunciaron la «falsa democracia» que se vive en ese país y exhortaron al pueblo a «organizarse y luchar».
Los sindicalistas caminaron entre consignas y música desde el parque Porras hasta las cercanías del Palacio Legislativo, portando pancartas alusivas a las ideas izquierdistas de la lucha de clases y organización popular.
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El secretario general de la Confederación Nacional de Unidad Sindical Independiente (CONUSI), Marco Andrade, denunció en declaraciones a Efe la «preocupante» situación de los trabajadores en Panamá, un país de 4,28 millones de habitantes que exhibe una tasa de desempleo del 11,3 %, según la medición más reciente, de octubre pasado.
Según Andrade, en medio de la crisis derivada de la pandemia de la covid-19 en curso hay constantes despidos de trabajadores en el sector privado que han dejado «a 200.000 personas sin empleo», y supuestos planes de reducción de personal en el Canal de Panamá, situación que esta empresa estatal autónoma ha negado.
Ese escenario laboral se da cuando se registra un galopante aumento del costo de la vida, con alimentos, medicamentos y combustible a precios cada día más altos, y «un salario mínimo que no alcanza para cubrir la canasta básica ampliada», afirmó.
«El 40 % de los trabajadores gana un salario mínimo y eso no alcanza para satisfacer las necesidades materiales básicas», aseguró Andrade.
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El líder del poderoso sindicato de la construcción SUNTRAC y ex candidato presidencial, Saúl Méndez, dijo por su parte a Efe que Panamá es un «país desigual, secuestrado por las élites» que se han apropiado del «poder económico, político y del Estado» en detrimento de la clase obrera.
Ese escenario «es posible cambiarlo si el pueblo se organiza (…) si queremos cambiar esto tenemos que asaltar el poder del Estado organizándonos, concientizándonos y luchando para construir una sociedad más democrática. Es necesario que ese asalto sea democrático, un asalto de la mayoría», agregó Méndez.
El líder sindical reivindicó el «sacrificio» de los «mártires» de Chicago, que con la huelga iniciada el primero de mayo en 1886 lograron derechos de los trabajadores como la jornada laboral de ocho horas.
«Es un día histórico (…) el capitalismo todo lo convierte en una mercancía (…) y se pierde en esencia lo que es el primero de mayo», criticó Méndez sobre el cariz de fiesta que ha adquirido esta fecha.