El defensor de derechos humanos Marcos Carmona, quien fuera secretario ejecutivo de la recién ilegalizada Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), se exilió en Costa Rica.
Según el portal 100% Noticias, el mismo exejecutivo de la organización informó que salió de Nicaragua a las 11:00 de la noche del jueves, 28 de abril, rumbo al país vecino del sur.
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Carmona se suma a miles de nicaragüenses, entre los que están artistas, políticos y defensores de derechos humanos, que han tenido que abandonar el país para evitar ser blanco del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Antes de la confirmación de su exilio, Artículo 66 consultó al abogado, pero este aseguró que todavía estaba en Nicaragua. «Todavía estoy en Nicaragua, con esa noticia en las redes me están exponiendo para que el régimen me detenga», señaló.
Esta mañana también se intentó corroborar la información, sin embargo, Marcos Carmona no respondió las llamadas ni los mensajes de texto.
La decisión del exilio, el defensor de derechos humanos la tomó luego que el 20 de abril, el régimen de Nicaragua, a través de su aplanadora de diputados sandinistas en la Asamblea Nacional, canceló la personalidad jurídica de 25 organizaciones sin fines de lucros, incluyendo la CPDH.
En cuanto a la salida irregular de Carmona, este no posee pasaporte, ya que el seis de agosto de 2021, la dictadura de Ortega y Murillo, a través de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME), impidió, de forma arbitraria su salida de Nicaragua hacia Estados Unidos, cuando se disponía atender su salud y visitar a sus familiares.
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Durante una conferencia de prensa, brindada minuto después de la acción del régimen, el exejecutivo, junto a directivos de CPDH denunciaron el abuso cometido por Migración que obedece órdenes de la dictadura y sin mayores explicaciones le confiscaron su pasaporte. Los oficiales le comunicaron que tenía restricción migratoria aunque contra el afectado no hay ningún proceso judicial en curso.
Hasta el momento las instalaciones de la Comisión Permanente de Derechos Humanos —que funcionó por 45 años— permanecen cerradas, luego que Ortega les cancelara su personalidad jurídica.
Antes de Carmona, el promotor de derechos humanos Pablo Cuevas también decidió exiliarse tras constantes amenazas por parte de la dictadura de Nicaragua.