Luz Marina Navarrete Guevara, una de las dos propietarias del edificio donde funcionaba la sede de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Nicaragua, es esposa del periodista cubano Pedro Rioseco, propagandista de la agencia oficial de la dictadura cubana Prensa Latina, reveló el medio digital de la isla 14ymedio.
Luz Marina y su hermana María Auxiliadora Navarrete Guevara son las propietarias del inmueble, según el acuerdo administrativo No. 10-2022 de la Procuraduría General de la República (PGR) publicado en La Gaceta No. 76 del 27 de abril de 2022. Según el medio, la esposa del periodista cubano y propietaria del inmueble reside en Cuba junto a su esposo y su hermana está casa con un estadounidense y reside actualmente en Nicaragua.
La Procuraduría General de la República señala que «para la creación del Museo de la Infamia se declara de utilidad pública la propiedad donde funcionaba la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) en nuestro país correspondiente a 296.1 m², conforme datos contenidos en el Registro de la Propiedad de Managua».
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«Rioseco, natural de Camagüey, muy bien considerado por el oficialismo, conoció a Luz Marina Navarrete cuando estuvo destinado en suelo nicaragüense, entre 1986 y 1989, cuando los sandinistas estaban en el poder y los “asesores” cubanos pululaban por Nicaragua. El corresponsal de Prensa Latina estuvo de nuevo en Managua entre 1990 y 1995, cuando Daniel Ortega estaba en la oposición y gobernaba “desde abajo”, como solía decir él mismo», destaca el portal.
La expropiación del edificio y expulsión de la OEA
El jueves, 28 de abril, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo exigió a los oficiales administrativos de la sede en Managua de la OEA que desocupe «inmediatamente» el edificio donde estaban instaladas las oficinas del organismo regional, mismo que fue expropiado por el régimen desde el pasado domingo, 24 de abril y oficializado ayer, 27 de abril.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, indicó que la confiscación de la sede del organismo en Managua «es un antecedente peligroso» y pidió «actuar ya sino queremos que mañana sean otros los perjudicados».
Manifestó que la confiscación de facto de las instalaciones, documentos y bienes de la sede del organismo continental es una «acción moralmente repudiable, jurídicamente lamentable y más lamentable, aún, las actitudes del régimen contra su pueblo».
El titular de la OEA afirmó que ni los peores dictadores de América, incluidos los Somoza, «jamás tomaron medidas como esta». Además, que lo que ocurre en con sus oficinas en Managua abre un precedente que «de ser tolerado puede llevar a los peores atropellos a cualquier organización internacional o sede diplomática».