La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, guardó silencio ante la condena generalizada que hicieron este miércoles países miembros de la Organización de estados Americanos (OEA) por la toma a sus instalaciones por parte del régimen de Daniel Ortega, quien anunció que será utilizado para que funcione el «museo de la infamia».
La mañana de este 27 de abril, durante la sesión extraordinaria, el organismo regional denunció que el régimen de Nicaragua «llegó al extremo; no hay límites en el país», pues no respetaron la «santidad diplomática» de la sede.
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Al rechazo por la arremetida de la dictadura, se sumó Bolivia, México y Argentina, quienes le dieron la espalda a Ortega y Murillo, asegurando además que la toma de las oficinas de la OEA fue ilegal y que «se violó la Carta de la OEA y el derecho internacional».
La portavoz del gobierno nicaragüense pasó por alto todos los señalamientos y prefirió anunciar la salida de mil presos comunes que estuvieron recluidos en diferentes penales de Tipitapa, Matagalpa, Juigalpa, Granada, Estelí y Bluefields».
«937 de personas varones y 63 personas mujeres. Estamos viendo las fotos de los encuentros y reencuentros familiares. Contentos y fortalecidos en fe, en confianza en Dios que desde las familias, desde los hogares estás mil personas van a reencontrar los caminos de bien», informó Murillo.
En cuanto a la vacunación contra el COVID-19, la vicedictadora detalló que cinco millones 750 mil personas de dos años a más se han vacunado contra la pandemia, de las cuales 4 millones 666 mil 783 tienen el esquema completo y un millón 37 mil 37,792 tienen una dosis».
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En otros anuncios, la esposa del dictador Daniel Ortega anunció el «fin de semana largo» que ha denominado por el día lunes, dos de febrero, que será feriado por el Día del Trabajador, a como mandata la legislación nacional.
También señaló el convenio de cooperación económica y técnica que se firmará esta tarde entre el Gobierno de Ortega y la Republica Popular de China. «Estamos hablando de un programa de viviendas que es la primera parte del financiamiento para viviendas. Son más de 60 millones de dólares para vivienda», especificó la vicemandataria.
Murillo cerró su intervención vía telefónica afirmando que su régimen sigue en hermandad a pesar de «las agresiones de las potencias». Ante al silencio del régimen, Arturo McFields, exembajador de Nicaragua ante la OEA, indicó que la administración de Daniel Ortega «ha sufrido una demoledora derrota moral y política» ante el organismo continental, que mostró su condena unánime por la expropiación de la sede diplomática en Managua.