Pablo Cuevas, defensor de derechos humanos, reveló que tras la «situación de calvario» que le tocó vivir en Nicaragua por el aparato represor de Daniel Ortega ha tomado la decisión de exiliarse en los Estados Unidos.
En entrevista para el medio digital 100% Noticias, Cuevas alegó que «todo el año pasado (2021) viví una situación de calvario, asedio, acoso, amenazas, una serie de situaciones muy difíciles producto de las autoridades nicaragüenses o fanáticos del partido que gobierna». Por esa razón, decidió salir del país junto a su familia.
«Nunca pensé tener que tomar esta decisión, ni siquiera alguna vez se me ocurrió ir a buscar una visa americana a como hace mucha gente. No me gustaba salir del país, ni siquiera en viaje de trabajo, me gustaba trabajar dentro del país», añadió.
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El exfuncionario de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), anteriormente, denunció al equipo de Artículo 66 que el primero marzo de este 2022, recibió un aviso que lo iban a detener, por lo que el ocho del mismo mes decidió salir de Nicaragua junto a su familia.
Pablo Cuevas señaló que gracias al apoyo de sus amigos logró atravesar Centroamérica y México, donde en territorio azteca cruzó el peligroso río Bravo que delimita la frontera con Estados Unidos. Luego se entregaría a las autoridades norteamericanas de Migración.
«Salimos de manera clandestina. Yo no tengo dinero, pero sí tengo muchos amigos y muchos amigos me ayudaron. Hay personas que se pusieron en riesgo por mí, porque seguramente si me hubieran atrapado con ellos, hubieran estado en problemas igual que yo», subrayó.
«Gracias a Dios todo nos salió bien. Ya estamos en territorio norteamericano en donde tengo familia, quienes desde hace mucho tiempo me venían pidiendo, suplicando, que me resguardara y me pusiera a salvo», agregó a 100% Noticias.
Además, detalló que está tratando «de iniciar otros proyectos para seguir con mi vida y hacer lo que me gusta, que es defender los derechos humanos».
Ilegalización de CPDH es «intransigente»
Pablo Cuevas calificó de «intransigente» la cancelación de la personalidad jurídica de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), por parte de la aplanadora sandinista. El organismo desde hace 45 años ejercía la defensa de los derechos humanos de los nicaragüenses.
El 20 de abril, la Asamblea Nacional con 74 votos a favor, cero en contra, 15 abstenciones y un presente ilegalizó a 25 organizaciones sin fines de lucros, incluyendo a la CPDH.
La CPDH, donde trabajó Cuevas, fue uno de los organismos que más recopiló y acompañó a las víctimas de la represión en Nicaragua. La entidad se encargó de evidenciar y denunciar todas los atropellos de la dictadura de Ortega contra los ciudadanos que ejercían su derecho a la protesta.
«Estamos recibiendo esta noticia en el exilio, (…) escuchando con sorpresa lo que sucedió con CPDH. Es increíble porque no podemos hablar de la organización sin hablar de la primera institución que trabajó el tema de derechos humanos y que incluso defendió a quienes hoy son sus verdugos en los años 70», lamentó el abogado.
«Yo vi la bestialidad con que actuó el régimen en el 2018. Yo vi personas heridas, golpeadas. Recuerdo que en el desarrollo del trabajo nos encontrábamos al personal del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh). Vivimos bajo un régimen de genocidio que siente un desprecio por la vida de los ciudadanos», dijo.
La CPDH es «un esfuerzo tan intenso, tan pionero, tan importante como esto, se fue de un plumazo por la intransigencia de quienes ven como enemigos a los defensores de derechos humanos», remarcó Cuevas.
El abogado sostuvo que Daniel Ortega y Rosario Murillo «son genocidas, es un gobierno genocida, han hecho cosas tan terribles como esta. Conozco personas que están muy mal por esto que está sucediendo, hay quienes veían en CPDH un respaldo, un amigo que en su trabajo los defendía».