El sacerdote Edwing Román, quien fungió como párroco de la Iglesia San Miguel Arcángel de Masaya y uno de los religiosos nicaragüenses más críticos al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, apuntó contra quienes condenan con facilidad y actúan como fariseos.
En el contexto actual de Nicaragua, la publicación del líder católico hace alusión al matrimonio presidencial del país. Ortega y Murillo han ordenado prisión para 177 opositores, de los cuales más de 40 fueron detenidos entre mayo y noviembre de 2021, meses antes de las elecciones generales, calificadas por la comunidad internacional de ilegítimas.
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Recientemente, el Estado ha condenado a más de 30 personas presas políticas a penas de ocho a 13 años, acusándolas de supuesto «lavado de dinero, conspiración, ciberdelitos y traición a la patria». Entre los detenidos hay 21 nicaragüenses de la tercera edad con múltiples padecimientos.
Román, que se encuentra en Estados Unidos desde agosto de 2021, citó en su cuenta de Twitter el Evangelio según San Juan retomando el capítulo 8 versículo 7 y dijo: «El que esté sin pecado que tire la primera piedra».
Renglón seguido señaló que «aún conociendo el amor de Dios, muchas veces no se actúa con amor, sino como esos fariseos condenando fácilmente, buscando el pecado ajeno para lanzarle piedras, tapando nuestros graves pecados».
Al Estado, al mando de Daniel Ortega y Rosario Murillo, se le acusa de crímenes de lesa humanidad, hechos cometidos en el contexto de las protestas cívicas iniciadas en abril de 2018. La represión gubernamental dejó 355 asesinados, más de cuatro mil heridos y obligó al exilio a más de 100 mil nicaragüenses, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El padre Román se ha convertido en una figura reconocida en el país. Desde 2018, se sumó a la demanda generalizada del pueblo exigiendo justicia, libertad y democracia para el país. Además, pide respeto a los derechos humanos de los prisioneros de conciencia. La más reciente redada de la dictadura contra opositores ha sido tildada como un «revanchismo político» y de acuerdo con analistas refleja el «temor» del régimen de perder el poder.