El padre Edwing Román, expárroco de la Iglesia San Miguel Arcángel de Masaya y actualmente asilado en Estados Unidos, criticó a los jueces al servicio de la dictadura de Daniel Ortega que se han encargado de condenar a más de 30 presos políticos en Nicaragua.
A través de su cuenta de Twitter, el prelado originario del municipio de Niquinohomo calificó a los judiciales del régimen orteguista de “corruptos”, incapaces de aplicar una justicia verdadera.
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«Siempre han habido jueces corruptos que condenan a inocentes, como los del Sanedrín (Corte Suprema de la ley judía), que son incapaces de pedir perdón y rectificar, porque no pueden contrariar a Caifás», comparó el jerarca católico.
Román se sumó a la demanda generalizada del pueblo nicaragüense que exige la libertad de los más de 170 rehenes de conciencia, cautivos en los diferentes sistemas penitenciarios del país, así como en la Dirección de Auxilio Judicial, conocida como el Nuevo Chipote, en Managua.
«Exigimos la libertad para los presos políticos de Nicaragua. ¡Son inocentes!», demandó el religioso, una de las voces religiosas más criticas del régimen de Nicaragua.
El sacerdote dejó su cargo como párroco de Masaya y desde agosto de 2021 reside en Estados Unidos. En su lugar la Arquidiócesis de Managua nombró al presbítero Ramón López.
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Además del líder católico, defensores de derechos humanos han demandado que los jueces encargados de «impartir justicia» trabajen con transparencias y que no condenen a personas inocentes.
Para la doctora Vilma Núñez de Escorcia, presidenta de la Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) la actuación de los jueces del Poder Judicial «rebasa» la interpretación literal de las leyes 1042 y 1055, Ley de Soberanía y Ley Especial de Ciberdelitos, respectivamente. Ambas normativas son las que aplican contra los presos políticos electorales.
Núñez asegura que los judiciales están haciendo «lo que quieren y lo que se les ocurre» y que «ellos (los jueces) son delincuentes, se están convirtiendo en delincuentes».
Hasta la fecha, el régimen de Nicaragua ha condenado a los actuales presos políticos, según defensores de derechos humanos, basándose en pruebas espurias y no permitiendo un legitima defensa. Los familiares continúan demandado la libertad de todos los rehenes de Ortega.