A través del Instituto Nicaragüense de Energía (INE) y el Ministerio de Energía y Minas, el Gobierno de Daniel Ortega informó que los precios del combustible y gas licuado (para cocinar) se mantendrán sin variar, luego de siete alzas consecutivas en lo que va del 2022.
El Ejecutivo reconoce que «desde enero 2021 a lo que va del mes de marzo 2022, el precio internacional del petróleo se ha incrementado en un 107%, pasando de un promedio en enero 2021 de 52.1 US$/barril a 107.9 US$/barril promedio en marzo de 2022».
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Bajo ese argumento, el Estado informó que en la semana que va del 13 al 19 de marzo 2022, en la que se debían aplicar incrementos considerables resultantes de los precios internacionales del petróleo, las mismas no fueron aplicadas quedando los precios sin ningún ajuste.
«Asimismo, para la semana del 20 al 26 de marzo los precios de las gasolinas, diésel y gas licuado de petróleo permanecerán igual, sin ningún ajuste», recalca el comunicado con fecha del 19 de marzo.
El INE y Minas «promete» que continuará en seguimiento permanente del comportamiento de los precios internacionales y resto de variables que conforman el precio de los combustibles y «se tomarán las acciones y medidas correspondientes, que permitan mitigar el impacto del incremento de estos precios en la economía de las familias nicaragüenses».
Esta es la segunda ocasión que el régimen de Nicaragua ordena congelar los precios de los carburantes. La última vez fue el 23 de octubre del 2021 —cuando a nivel internacional bajaron los precios del petróleo—, sin embargo, en enero del 2022 volvió el incremento, afectando el bolsillo de los nicaragüenses.
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Ortega sigue afirmando que los constantes incrementos del petróleo obedecen a causas externas afectando así los precios de los combustibles y gas licuado, necesarios para el uso en los hogares nicaragüenses y de los sectores económicos.
La última vez que subieron los combustibles fue el seis de marzo, sufriendo un encaramiento no antes visto en Nicaragua. Por litro, la gasolina súper subió 1.08 córdobas, la regular 1.00 córdobas y el diésel 1.19 córdobas.
Según economistas, aunque este congelamiento asegura momentáneamente que no subirán los precios de los carburantes, el «dolor de cabeza» para los nicaragüenses continuará en cuanto actualicen precios y el alza siga su curso.