Ante la drástica reducción del presupuesto asignado a la Universidad Centroamericana (UCA), correspondiente al 6 por ciento constitucional, la casa de estudios se ha visto en la obligación de suprimir un porcentaje en las becas aprobadas con anterioridad a estudiantes.
El centro de estudios superiores, por medio de su Dirección de Desarrollo Estudiantil, se ha encargado de notificar a cada estudiante que a causa de las «limitaciones presupuestarias» han tomado la decisión de reducir el porcentaje aprobado. En redes sociales circulan las cartas enviadas a estudiantes notificándoles el cambio.
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El campus universitario reducirá el porcentaje de becas «gradualmente», es decir, si para el primer cuatrimestre a un estudiante se le renovó su beca con un 75 %, para el segundo periodo podría reflejarse una disminución del 10 0 15 por ciento.

La UCA en reiteradas ocasiones ha manifestado que el monto asignado del 6 por ciento constitucional para esta casa de estudios se ha ido disminuyendo a partir de 2019, año que la situación se agravó considerablemente al asignar solamente 184.5 millones de córdobas, reduciendo lo destinado hasta en un 26.7 por ciento en comparación a lo entregado en el 2018.
Sin embargo, para este 2022, el CNU asestó el último golpe a la UCA entregándole solamente un millón de córdobas, lo que representa menos del uno por ciento de lo asignado en el 2018. Esa decisión se atribuye como una represalia hacia la universidad por su posición crítica al régimen de Daniel Ortega durante el contexto de las protestas antigubernamentales.
«Hasta este momento la universidad no ha dejado de renovar anualmente las becas de estudiantes activos. No obstante, ha tenido que reducir significativamente el número de becas asignadas a estudiantes de nuevo ingreso», declaró a inicios del año la dirección de la UCA al diario La PRENSA .

Durante las protestas y los años siguientes, la UCA apoyó y respaldó las demanda de sus estudiantes que protestaban por la reforma a la Ley de Seguridad Social, que aumentaba la cuota patronal y laboral, y además establecía una reducción del 5 por ciento en las pensiones de los jubilados. La UCA FUE escenario de numerosas protestas de jóvenes universitarios. Desde entonces, se ha mantenido rodeada y asediada por agentes antidisturbios de la Policía orteguista.
Un experto en educación, quien prefirió omitir su nombre para evitar represalia, explicó anteriormente al equipo de Artículo 66 que lo que está haciendo el Gobierno de Daniel Ortega al reducir a la mínima expresión del seis por ciento que le corresponde a la Universidad Centroamericana solo se puede entender «como una especie de revanchismo político».
«Este revanchismo político es contra aquellas universidades que no son abyectas o no que no se someten al poder y que no están dispuestas a cambiar el discurso del conocimiento por repetir la consigna», dijo.

El catedrático universitario refirió que las decisiones por parte del CNU violan la Ley general de Educación, Ley 582, que establece que el sistema educativo nacional y las atribuciones y obligaciones del Estado son responsabilidades de las personas y la sociedad en su futuro».
La fuente reiteró que la nueva arremetida contra la UCA es un «castigo», ya que no acepta el adoctrinamiento estatal a como lo hacen con las entidades públicas.
«A las universidades, los estudiantes llegan a estudiar, a desarrollar habilidades, a conocer sus derechos y deberes, pero (Daniel) Ortega y su régimen quieren que sus alumnos y sus docentes lleguen solamente a rayar las paredes y a repetir las consignas que solo repiten los estudiantes que son sometidos en las escuelas públicas», denunció.