La vicemandataria de Nicaragua, Rosario Murillo, adelantó que su régimen se prepara para realizar una serie de actividades en conmemoración al Día Internacional a la Mujer, el ocho de marzo.
La vocera «celebró» el tercer puesto mundial que según ella ocupa Nicaragua con relación a la «mayor proporción de mujeres en el Parlamento», mismas que están designadas para cumplir con las órdenes de la pareja dictatorial y aprobar sin ripostar todas las iniciativas enviadas por Daniel Ortega.
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«Nicaragua destaca entre los tres países con mayor porcentaje de escaños parlamentarios ocupados por mujeres. Para eso trabajamos, para que se reconozca el derecho de todos al bien de todos, y en particular el protagonismo de las mujeres que estamos en equidad en todas las posiciones de liderazgo, de participación, poder real», dijo la vocera gubernamental en comunicación con sus medios oficialistas.
Murillo manifestó que «este ocho de marzo es el Día Internacional de la Mujer y estamos preparando eventos y actividades, no en celebración únicamente, sino en reflexión sobre lo que representamos las mujeres en la vida de un país y el mundo. Las mujeres como protagonistas plenas, las mujeres con conciencia alzada, las mujeres con responsabilidad también plena».
Murillo es quien encabeza los ataques contra mujeres opositoras, a quienes ha mandado a encarcelar, a otras les ha ilegalizado las ONG que dirigían y además, poco a poco, eliminó el derecho a la protesta, lo que también implicó la represión en el propio Día de la Mujer. El régimen tiene cerca de una docena de mujeres presas políticas.
En la lista están Dora María Téllez, Violeta Granera, Samantha Jirón, Suyen Barahona, Tamara Dávila, Ana Margarita Vijil, María Esperanza Sánchez, María Fernanda Flores, Cristiana Chamorro, Evelyn Pinto, Julia Hernández, María Oviedo, Nidia Barbosa y Karla Escobar.
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La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) solicitó al régimen de Nicaragua liberar a las mujeres que por su rol de liderazgo en la lucha cívica «han enfrentado medidas más severas». Denuncian que las mujeres han sido sometidas a aislamiento prolongado, amenazas y constantes interrogatorios. A su vez, le recuerdan al régimen que el encarcelamiento de las mujeres adquiere una dimensión propia que podría resultar en vulneraciones particulares a sus derechos, derivadas de su condición de género».
Murillo además continuó añadiendo que «hay mucho por lo que trabajar, sobre todo el tema de la violencia que debemos seguir trabajando y desde las comisarías de la mujer también garantizando que se cumpla el derecho que tenemos a vivir tranquilas, con respeto y seguras».
En las celdas del régimen se encuentran cuatro mujeres miembro de la Unión Democrática Renovadora (Unamos), que según sus familiares y organismos defensores de derechos humanos han sido víctimas de mayores medidas represivas de parte de la dictadura Ortega-Murillo. Afirman que a ellas les prohíben ver a sus hijos e hijas, las interrogan constantemente, reciben una mala alimentación, les niegan atención médica por enfermedades crónicas, las mantienen aisladas y las someten a alteraciones sensoriales.
La CIDH ha solicitado de manera «urgente» a la liberación de todas las féminas detenidas de manera arbitraria en el contexto de la crisis en Nicaragua, así como garantizar el debido proceso, el acceso a una defensa adecuada mediante el contacto regular e irrestricto de las personas acusadas con su representante legal y a cesar el hostigamiento en su contra.
