Este viernes, 25 de febrero de 2022, se cumplen 32 años de la victoria de la expresidenta de Nicaragua, Violeta Barrios de Chamorro. Un acontecimiento histórico que para muchos ciudadanos significó la «paz», debido a que el país estaba sometido a la guerra y conflictos internos.
En 1990, Violeta Barrios de Chamorro, la viuda del Mártir de las Libertades Públicas Pedro Joaquín Chamorro, lideraba la Unión Nacional Opositora (UNO), una coalición de 14 partidos políticos que buscaban derrocar a Daniel Ortega del poder y reconstruir Nicaragua.
La UNO tenía como fórmula a Chamorro como candidata a la Presidenta y al abogado Virgilio Godoy Reyes, como candidato a la Vicepresidencia, quienes enfrentaron a la fórmula sandinista compuesta por el dictador Daniel Ortega Saavedra y el escritor Sergio Ramírez Mercado, quienes intentaban repetir en el cargo.
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El 25 de febrero de 1990, en el primer informe sobre el conteo de los votos, la fórmula de la UNO daba como ganadora con un 54.8 por ciento de los votos contra el 41 por ciento para Ortega, una derrota contundente para el caudillo sandinista y una victoria inesperada, que convertía a Barrios en la primera mujer presidenta de Nicaragua y de Latinoamérica.

Daniel Ortega, al día siguiente (26 de febrero de 1990), se dirigió hasta la casa de doña Violeta Barrios de Chamorro, ubicada en el reparto Las Palmas, para reconocer su derrota y felicitar a Barrios por su gran victoria.
Según un reportaje publicado por el diario La Prensa en el 2016, el comandante se echó a los brazos de Violeta Barrios de Chamorro, conocida como «doña Violeta», y lloró, sí, lloró mientras la mujer que lo acababa de derrotar en las elecciones presidenciales, lo consolaba.
Doña Violeta lo abrazó y le dijo: «Mi muchacho, no pasa nada». Alfredo César Aguirre, que estuvo ahí presente, cuenta que doña Violeta se veía maternal, «No papito, no papito, todo está bien», le repetía para tranquilizarlo.
El exguerrillero sandinista, en 1990, vio truncado su sueño de seguir siendo el presidente de una Nicaragua que estaba sumida en una penosa guerra que llevaba ya 10 años y cobraba, según datos conocidos, al menos 50 mil víctimas mortales, sumado a esto a la escasez de alimentos.

El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) no pudo revertir los efectos de los 10 años de guerra, escasez, la represión y miles de muertes, sobre todo de jóvenes que eran obligados a cumplir el Servicio Militar en las montañas.
El camino a la victoria
Doña Violeta, como cariñosamente fue conocida por el pueblo durante su mandato, había sido postulada como candidata de la oposición unificada en la UNO en septiembre de 1989, luego de que los partidos políticos lograran ponerse de acuerdo en que solo juntos podrían arrebatarle el poder a Daniel Ortega y el FSLN y es así que logran montarse en el mismo barco, partidos de tendencias e ideologías tan variadas como liberales, socialistas, demócrata-cristianos y hasta comunistas.
La campaña electoral duró apenas, poco más de un mes, entre el 11 de enero y el 21 de febrero de 1990, cuando entró en vigencia el silencio electoral para luego llegar a ese 25 de febrero, día en que los nicaragüenses debían salir a depositar su voto, que lo sandinistas creían, sería para ellos.

Según datos del Consejo Supremo Electoral de entonces, participó el 86.23 por ciento de la población apta para votar. Hubo una abstención de aproximadamente el 10.8 por ciento. Se emitieron 1,420,544 votos válidos y fueron anulados 90,249 sufragios.
Ortega y su arremetida contra los Chamorro
Daniel Ortega, en 2006, ganó las elecciones presidenciales, retornando al poder y esta vez para quedarse. El caudillo sandinista lleva 15 años consecutivamente dirigiendo Nicaragua. Sumados a los primeros 10 años que gobernó en la década de los 80, Ortega se convierte en el hombre que más años lleva en el poder, sobrepasando incluso a los Somoza, la otra dictadura que ayudó a derrocar por entronizarse en el poder.
Al igual que hace más de 40 años el territorio nicaragüense está sumergido en una crisis social, política y económica. Actualmente, el régimen Ortega-Murillo solo logra mantenerse en el poder por la represión que ejerce sobre los opositores; una escalada que a partir de 2018, cobra al menos 300 muertes, cientos de heridos, miles de exiliados y decenas de presos políticos.

A principios de 2021, la periodista Cristiana Chamorro Barrios, hija de la expresidenta Violeta Barrios y Pedro Joaquín Chamorro, anunció estar dispuesta a enfrentar a Daniel Ortega en unas elecciones libres y democráticas. Esta iniciativa hizo pensar a muchos ciudadanos que la historia de 1990 se hubiese podido repetir.
Ante esto, la dictadura movió todas sus fichas y el aparato estatal para abrir una investigación contra la periodista y la Fundación Violeta Barrios de Chamorro (FVBCH) y así inhibirla de competir por la Presidencia.
El Ministerio Público acusó a Cristiana Chamorro de lavado de dinero, bienes y activos; apropiación y retención indebida; gestión abusiva y falsedad ideológica, todo realizado desde la dirección de la FVBCH.
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La amplia popularidad de la hija de la expresidenta Violeta Barrios le costó la persecución penal desde el 20 de mayo de 2021 cuando fue citada por la Fiscalía para responder por una supuesta inconsistencia financiera de la clausurada Fundación que dirigía y decidió cerrar por la Ley de Agentes Extranjeros. Cristiana Chamorro desde el dos de junio de 2021 se encuentra bajo arresto domiciliar.
También están en prisión y señalados de violar la Ley 1055, Ley de Soberanía, otros miembros de la familia Chamorro: el aspirante presidencial Juan Sebastián Chamorro, el exdiputado liberal Pedro Joaquín Chamorro Barrios y Juan Lorenzo Holmann Chamorro, director del diario La Prensa.

El pasado 24 de agosto de 2021. la Fiscalía amplió la acusación contra Chamorro e incluyó a sus hermanos, los periodistas Pedro Joaquín y Carlos Fernando Chamorro Barrios, este último en el exilio por fuertes amenazas de detención en su contra.
Carlos Fernando Chamorro Barrios fue acusado por los delitos de lavado de dinero, bienes y activos; apropiación y retención indebida; y gestión abusiva. A Pedro Joaquín Chamorro Barrios lo señalan por los delitos de gestión abusiva y apropiación y retención indebida.
El juicio político contra la aspirante a la Presidencia, Cristiana Chamorro, luego de casi nueve meses en detención domiciliaria, está programado para este próximo tres de marzo.