Los familiares de la presa política Tamara Dávila denunciaron que el régimen orteguista les ha mentido. Hace un mes entregaron unas frazadas para que la líder opositora lograra cubrirse del frío en prisión. Los carceleros indicaron que le entregarían lo enviado, pero la opositora ha notificado a sus parientes que a la fecha no recibe las mantas.
Dávila es una de las rehenes de conciencia que el régimen de Daniel Ortega encerró en las celdas de «El Nuevo Chipote». Ese «engaño», como lo asumen los familiares de la también integrante de la Unidad Nacional Azul y Blanco (Unab), responde a la «cultura de odio y perversidad absoluta» en contra de los reos de conciencia, a quienes la dictadura también les niega cobijo.
Josefina Vijil señaló por medio de un tuit que «el extremo de la maldad es guardar durante un mes una frazada sabiendo que una persona está pasando frío cada noche, haciendo creer a su madre que la entregó a su hija», en alusión a la situación que enfrenta Tamara Dávila. Además, afirmó que «esta situación no tiene color político, no responde a una orden».
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El régimen se ha ensañado en contra de las mujeres presas políticas, según lo han evidenciado los familiares. Dávila ha sido sometida a torturas, aislamiento, incomunicación y mala alimentación. «Lo que buscan es el colapso físico y emocional de la persona», expresó en una entrevista realizada por Artículo 66 la hermana de la activista, Ana Lucía Álvarez Vijil.
«Es un régimen de tortura que se expresa sobre todo en el aislamiento absoluto y la incomunicación. Además, un conjunto de situaciones como la alimentación adecuada y suficiente, la falta de abrigo, material de lectura, el acceso a patio sol, lo que buscan es el colapso físico y emocional de la persona», dijo Álvarez Vijil en noviembre de 2021.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) emitió una resolución que otorgó medidas provisionales a favor de Dávila y otros presos políticos y su núcleo familiar, al mismo tiempo que exigieron al régimen el respeto a sus derechos humanos y «ordenar su inmediata libertad».
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Dávila es psicóloga y activista feminista que ha se ha destacado en la lucha cívica por defender los derechos humanos. La Corte IDH denunció que «a lo largo de los últimos tres años ha sido detenida en varias oportunidades, golpeada, amenazada y mantenida en un constante hostigamiento por fuerzas policiales o paraestatales».
La activista fue oficialmente detenida el 12 de junio de 2021 como parte de la cacería del régimen en contra de los miembros de la Unión Democrática Renovadora (Unamos). Actualmente, el régimen se encuentra procesándola en conjunto con otros siete opositores por el supuesto delito de «conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional, de conformidad con los artículos 410 y 412 del Código Penal, en perjuicio de la sociedad nicaragüense y el Estado de Nicaragua».