Las lideresas políticas de la Unión Democrática Renovadora (Unamos) Ana Margarita Vijil y Tamara Dávila Vijil (tía y sobrina) son sometidas a torturas, aislamiento, incomunicación y mala alimentación, denunció Ana Lucía Álvarez Vijil, sobrina y hermana; respectivamente de las presas políticas.
«Es un régimen de tortura que se expresa sobre todo en el aislamiento absoluto y la incomunicación. Además, un conjunto de situaciones como la alimentación adecuada y suficiente, la falta de abrigo, material de lectura, el acceso a patio sol, lo que buscan es el colapso físico y emocional de la persona», explicó Álvarez a Artículo 66.
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La familiar de Vijil y Dávila manifestó que el régimen de aislamiento e incomunicación es una situación carcelaria que se presenta desde el momento de la detención y que lo continuarán denunciando.
«Es sobre todo (la tortura) más pronunciada en mujeres y en las mujeres de Unamos. Lo más agravante es la situación de Tamara (Dávila) que está solitaria, no solo está incomunicada sin saber lo que sucede en el mundo exterior; sino que está en una celda de castigo, particularmente aislada. Su celda es empernada, totalmente clausurada, ella ni siquiera puede tener contacto visual con lo que pasa a su alrededor», enfatizó.
Riesgo inminente a la vida
Álvarez Vijil denunció que los tratos inhumanos, crueles y degradantes que reciben las presas políticas representa un «riesgo inminente a la vida de todas estas personas por la situación de malnutrición a la que están siendo sometidas».
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«En distintos momentos ellas han expresado no solamente que la cantidad de alimentos que se les proporciona es insuficiente; sino también de baja calidad y bajo valor nutricional. Paralelamente a nosotros los familiares nos niegan el ingreso de alimentos complementarios, eso también es una situación irregular en El Chipote. En otros casos se permite que familiares ingresen comida. A nosotros se nos ha negado sistemáticamente el ingreso complementario de alimentos», indicó.
Preocupa el régimen de incomunicación
La familiar de las reas de conciencia expresó su preocupación ante la situación de incomunicación y aislamiento de Vijil y Dávila. Alertó que ese contexto de las agresiones y torturas no solamente son a las personas que están presas; sino también son extensivas a familiares.
«Mi abuela (María Josefina Gurdián, conocida como Doña Pinita) fue despojada de su pasaporte e impedida de salir a un chequeo médico, ella es paciente de cáncer. Debido a ese impedimento que fue el tres de septiembre, ella en este momento se tuvo que someter a una operación de emergencia y eso casi le cuesta la vida y esa es la última noticia que Ana Margarita (Vijil) tiene», dijo.
Álvarez Vijil explicó que Doña Pinita ha venido mejorando, pero les preocupa enormemente que Ana Margarita Vijil no tenga ninguna información sobre la situación de salud de su madre y será hasta la próxima visita que le contarán sobre el avance, pero ese encuentro no saben cuándo será.
«Nunca nos han podido dar un calendario programado de visita, eso también es parte del conjunto de situaciones de tortura; que ellas en El Chipote y nosotras como familiares estamos siendo sometidas», aseveró.