A Santos Camilo Bellorín, de 56 años, la justicia de Nicaragua le dictó fallo de culpabilidad y lo condenó a 11 años de cárcel por supuestamente «propagar noticias falsas» a través de la redes sociales. El campesino durante su juicio, el 10 de febrero, aclaró que él no puede utilizar un celular móvil, sin embargo las autoridades hicieron caso omiso y lo procesaron.
El obrero del campo fue detenido en el mes de noviembre de 2021. Primeramente, solo estuvo preso algunos días sin que la Policía sandinista brindara información a sus familiares sobre el motivo de la detención, luego lo dejaron salir. Pero, dos días después se lo llevaron nuevamente y aún permanece ilegalmente tras las rejas.
Bellorín es originario de la comunidad Guasuyuca, municipio de Pueblo Nuevo, en Estelí. Durante toda su vida se ha dedicado a la producción de granos básicos y hace pocos años había empezado a cultivar café. Sin embargo, sus labores en el campo se vieron interrumpidas tras ser arrestado y acusado por supuestamente cometer ciberdelito contra el Estado de Nicaragua, convirtiéndose en otro preso político de la dictadura Ortega-Murillo.
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Las autoridades orteguistas llevaron a cabo el juicio contra Santos Camilo el jueves, 10 de febrero, el cual se realizó en la ciudad de Estelí y lo declararon culpable con sentencia de 11 años de cárcel con base en la la Ley 1042, Ley Especial de Ciberdelitos, la cual ha sido utilizada para silenciar a quienes critican las acciones estatales, por lo que es cuestionada por organismos de derechos humanos, entidades internacionales y la oposición.
Los familiares del rehén de conciencia consideran que esta acusación contra él es insólita, ya que ni siquiera contaba con un teléfono inteligente y no sabía usar computadoras, «creo que ni siquiera conocía las computadoras», dice su hermano, Francisco Bellorín.
Tras haber sido condenado, el abogado defensor de Santos está preparando una apelación. Sin embargo, el hermano de la víctima manifestó que aunque hacen todo lo posible por sacar de prisión a su pariente, están casi seguros de que todos los esfuerzos serán en vano, al haber observado lo que ha ocurrido con otros casos igual de injustos en Nicaragua.
Habitantes de la comunidad Guasuyuca, indican que don Santos Camilo ha tenido afinidad por el partido liberal. No obstante, nunca lo han visto participar activamente en actividades políticas, «él solo pasa trabajando. Ese señor con costo usaba un celular de teclas, creo que ni sabía de redes sociales y ahora le salen con eso, es una injusticia», expresó anónimamente un joven de la zona.
Injusticia en medio de enfermedad
Santos Bellorín se enfrenta a esta situación en medio de padecimientos cardíacos, lo que aumenta la preocupación de sus parientes, puesto que él debe recibir medicamento diario, con un horario previamente establecido por los médicos. Pero, desconocen si en la cárcel está recibiendo el tratamiento necesario para cuidar su salud a su avanzada edad y en circunstancias tan adversas.
Este ataque del régimen orteguista impacta también la economía de esta familia campesina, puesto que además de vivir violaciones a sus derechos humanos, se ven en la obligación de realizar diversos gastos para poder viajar regularmente desde su comunidad en Pueblo Nuevo hasta la ciudad de Estelí para tratar de defender, alimentar y apoyar a su familiar.
Disculpas de un sandinista
«El miércoles que él llega a casa (al salir de la primera detención), a eso de las dos o tres de la tarde, él llegó en un taxi con un hermano mío y lo estaba esperando un simpatizante del Frente Sandinista de la comunidad, quien le dijo que se disculpaba, que él como parte del FSLN se disculpaba por lo que lo habían hecho pasar. Mi papá lo disculpó y la plática no fue muy extensa, aunque a él le pareció un poco confuso el comentario. Después se lo volvieron a llevar», recuerda Erlin Bellorín, hijo del rehén de la dictadura.
Cuando a Santos Camilo Bellorín le dieron derecho a sus últimas palabras en el proceso judicial, expresó que «estar preso es triste, estar preso y sin saber por qué. Soy campesino, si me pregunta por el arado yo se lo digo, en la cuestión política soy inocente, la tecnología me come, no sé ni grabar ni un número de teléfono. Sólo tengo quinto grado aprobado, apenas sé leer y escribir, y mi intención solo es el trabajo y la agricultura».
En el departamento de Estelí dos personas han sido señaladas de cometer ciberdelito. Los ciudadanos son Santos Camilo Bellorín, de Guasuyuca, Pueblo Nuevo, y Alexis Peralta, de Condega. En el caso de Alexis Peralta el juicio se realizó el miércoles.