Basándose en pasajes bíblicos, el cardenal Leopoldo Brenes Solórzano, arzobispo de la Arquidiócesis de Managua, dijo en su homilía de este domingo, 13 de febrero, desde la catedral de Managua, que son «dichosos los que tienen hambre, los que son pobres, dichosos los que ahora lloran».
En referencia a los constantes ataques del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra la Iglesia católica, el jerarca religioso expresó que «somos dichos cuando nos odien los hombres».
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«Cuántos hermanos nuestros son perseguidos, cuántos hermanos nuestros son odiados, cuántos hermanos nuestros son expulsados, pero el Señor a esos discípulos les dice: dichosos cuando los odien y los excluyan, dichosos cuando los insulten (…) Dichosos cuando los traten de infame; alégrense y salten de gozo porque vuestra recompensa está en el cielo», remarcó.
Brenes exhortó a la feligresía católica a no creer en los hombres, sino poner la mirada en Dios. «Dichoso el hombre que no confía en el hombre. A veces, un amigo muy querido en el que teníamos toda nuestra confianza y de repente vemos que nos falla».
«Es triste conocer personas que se profesaban muy cercanas a la Iglesia, que se profesaban muy cercanos a los sacerdotes, que se sentían muy cercano al obispo y de repente los veo rechazando a la Iglesia hablando mal de los sacerdotes, hablando mal de los obispos; hablando y pensando mal del papa, pero cuál es nuestra respuesta: orar porque esas acciones causan tristeza», lamentó el prelado.
Ante los constantes ataques a los líderes religiosos, Leopoldo Brenes recalcó que «somos dichosos porque aquellas personas que hablan mal de nosotros y nos odian, les respondemos con oración, para que Dios pueda transformar sus vidas».
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Desde el 2018, el régimen orteguista ha arremetido contra líderes religiosos, señalándolos de «demonios y conspiradores». Recientemente la aplanadora de diputados sandinistas junto con el Ministerio de Gobernación canceló la personalidad jurídica de organizaciones sin fines de lucro, administradas por órganos religiosos.
Las recientes acciones de Daniel Ortega son calificadas por críticos como «un revanchismo» porque la Iglesia católica ha defendido los derechos humanos de los nicaragüenses y ha demandando el cese a la represión.