El laureado periodista Octavio Enríquez Cabistán considera que el periodismo en Nicaragua sigue «desafiando las restricciones del poder» con el objetivo de informar a la población nicaragüense, derecho que está protegido en el artículo 66 de la Constitución Política de la República, pero que el régimen de Daniel Ortega pisotea constantemente.
El comunicador señala que la situación que atraviesa el gremio periodístico en el país no se puede separar de lo que sucede con la población. «Como testigos, contar los hechos supone un riesgo mayúsculo, investigar y abrir un debate público se convierte en una ofensa para los regímenes intolerantes a la crítica», explica Enríquez.
Informes internacionales revelan que en Nicaragua el periodismo es uno de los blancos de la dictadura Ortega-Murillo. Según la organización Voces del Sur, en el país se registraron 702 violaciones a la libertad de prensa en 2021 ejecutados por el régimen de Managua, casi el doble de los reportados en 2020.


«Medios y periodistas son objetivos del terror. El método usado contra los mismos fue esta vez la fabricación de delitos, amparados en leyes represivas de reciente creación—2020—, la vieja armada de meter a las fuerzas represivas en las instalaciones, los asedios a las viviendas de reporteros como prueban los testimonios de las víctimas… El periodismo, sin embargo, está en pie. Resiste», comentó Enríquez sobre el informe.
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Explica que, aunque en el periodismo siempre se insiste en que «seamos objetivos» y no tomemos bando o partido, «vale la pena hacerlo por la democracia, el respeto por los derechos humanos y medioambiente». Al mismo tiempo, anima a pedir la libertad de los que están encarcelados injustamente.
Enríquez reseña que por ejercer la profesión, los periodistas pueden ser testigos de «malas acciones» donde no se puede ser «indiferente» como el «hundimiento de las esperanzas colectivas que pueden hacer creer que ningún cambio es posible».
«El mundo de información al que accedemos es vasto como nunca antes, es cierto, pero la lucha por la información de calidad, la verificación de los datos, el contraste y la rigurosidad es continua. Siempre hay un camino para informar en regímenes cerrados», enfatizó.
El periodista Octavio Enríquez salió de Nicaragua tras vivir el asedio y hostigamiento de la Policía del régimen en su vivienda y ser citado en dos ocasiones al Ministerio Público en calidad de «entrevistado» en el caso contra la Fundación Violeta Barrios de Chamorro (FVBCH) por supuesto lavado de dinero, bienes y activos.
Desde abril del 2018, el régimen ha gestado una brutal embestida contra la prensa independiente en el país, confiscó medios de comunicación nacionales y locales; arrebató la frecuencia de 100% Noticias; confiscó la redacción de Confidencial; encarceló periodistas; un periodista murió en la cobertura de las protestas sociales en Bluefields; obligó el cierre de El Nuevo Diario, Metro y QHubo; mantiene un embargo aduanero de la materia prima de La Prensa y allanó sus instalaciones.