Ante la negativa de los países miembros del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) de escoger como secretario general a Orlando José Tardencilla Espinoza, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo lo nombró representante permanente de Nicaragua con rango de embajador ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otros organismos internacionales.
Orlando Tardencilla también fue nombrado embajador de Nicaragua ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), según el acuerdo presidencial No. 216-2021, publicado en La Gaceta, Diario Oficial No. 233 del 17 de diciembre de 2021. El acuerdo ministerial No. 41-2021 del Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua también otorga el cargo de ministro consejero con funciones consulares de Ortega ante la Confederación Suiza al mismo funcionario orteguista.
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Orlando Tardencilla es abogado y notario público, tres veces diputado del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en la Asamblea Nacional: de 1985 a 1990, y dos períodos continuos entre 1997 y 2007, diputado ante el Parlamento Centroamericano (Parlacen) desde el 2012.
Tardencilla es un excombatiente sandinista que se integró en 1980 a la guerrilla salvadoreña, fue capturado a inicios del 81, y luego de un año en las cárceles, sometido a torturas, fue enviado a Estados Unidos con el fin de testificar de que su presencia en El Salvador era la evidencia de un plan de ayuda de Cuba a la guerrilla salvadoreña.
El nuevo embajador fue fundador del partido Camino Cristiano, funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores como representante de Nicaragua en la demanda limítrofe presentada en contra de Colombia ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya, es dirigente del movimiento Alternativa por el Cambio y parte de la alianza política electoral Unida Nicaragua Triunfa que encabeza el FSLN.
En el SICA ninguno de los países de la región ha aceptado a los candidatos del régimen. El argumento es que las propuestas presentadas tienen pocos conocimientos en el servicio exterior y son muy allegados a la pareja dictatorial. Analistas advierten que la situación es un reflejo del aislamiento de la dictadura y que ningún miembro desea un «régimen autoritario imponiéndose en el sistema centroamericano».
«La forma en que se realizaron las elecciones del siete de noviembre vino a poner de manifiesto la fragmentación que hay en Centroamérica en este momento. Se trata de un periodo de muy baja comunicación e imposibilidad de diálogo entre los países. No es la primera vez en la historia de Centroamérica que eso ocurre, pero esta vez es producto específicamente de la conducta del régimen de Nicaragua», explicó recientemente el analista político costarricense Carlos Murillo a Artículo 66.