El analista político Carlos Murillo asegura que la decisión del directorio del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) de suspender la inauguración de su sede en Nicaragua podría poner en riesgo los préstamos y desembolsos pendientes que la entidad financiera tiene con el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Confidencial reveló que los países socios del banco justificaron la decisión de cancelar la inauguración de la obra argumentando que está «atrasada», sin embargo; una fuente interna manifestó que «algunos querían que se mencionara la inconveniencia del estado de excepción democrática que vive Nicaragua», pero dado que algunos países requerían hacer consultas para respaldar esa redacción, la situación quedó implícita.
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La presencia del presidente del BCIE y sus directivos en Nicaragua «legitimaría no tanto un asunto interno de Nicaragua; sino que legitimaría al gobierno (de Daniel) Ortega frente a los organismos internacionales y sobre todo en la región centroamericana».
«La comunidad internacional ha desconocido el resultado de las elecciones y ya había cuestionado al régimen Ortega-Murillo, más allá de las elecciones del siete de noviembre, cualquier acto oficial legitimaría los argumentos de Ortega frente a las organizaciones internacionales», afirmó Murillo.
«Si Ortega dice que la OEA es un instrumento de los Estados Unidos y que los gobiernos irrespetan el derecho internacional, estaría dando a entender que el BCIE tendría ese mismo calificativo, que responde a los intereses de Estados Unidos», añadió.
El desembolso de los préstamos estaría en riesgo «mientras persista la actual situación de no reconocimiento del resultado de las elecciones y por ende no reconocimiento del gobierno que asuma el 10 de enero. Todo indicaría que no se le iría aprobando nuevas solicitudes de préstamos y proyectos que estén en trámite en este momento», afirmó a Artículo 66 el analista político costarricense.
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El experto explicó que el anuncio de Nicaragua de retirarse de la Organización de los Estados Americanos (OEA) genera «desconfianza» en un gobierno, porque esto implicaría que el país puede retirarse de cualquier otra entidad u organización y no cumplir con sus compromisos internacionales. «Rompe con los principios del orden internacional liberal», aclaró.
«La actitud del Gobierno de Nicaragua frente a la OEA, otras organizaciones y el desconocimiento de informes de Naciones Unidas, hace que pierda credibilidad y que genere desconfianza», alertó Murillo.
Para el analista, el retraso de la inauguración de la sede del órgano financiero en Managua es un mensaje para el régimen Ortega-Murillo de que está «perdiendo credibilidad» en el ámbito internacional y que se le «cerrarán muchos espacios» en foros y organizaciones internacionales.
El BCIE es el principal organismo que oxigena económicamente a la dictadura orteguista, por lo que uno de los socios del banco pidió a Dante Mossi, presidente del BCIE, que no le dieran lugar a las solicitudes de préstamos de Nicaragua que se presenten en las reuniones futuras con la directiva. Sin embargo, no hubo votación a esta solicitud.
En octubre de 2019 se inició la obra, la cual fue oficializada por el presidente ejecutivo del BCIE, Dante Mossi, y el ministro de Hacienda y Crédito Público (MHCP), Iván Acosta. El proyecto, valorado en 16.5 millones de dólares, estaba previsto terminar a finales de 2020.