Las autoridades de Migración del Aeropuerto Internacional «Augusto C. Sandino» en Managua le negaron a Daniel Rosales salir de Nicaragua. El ciudadano es hijo del difunto magistrado de la Corte Suprema de Justica (CSJ), Francisco Rosales. Daniel Rosales pretendía abordar un vuelo con destino a Estados Unidos el 23 de noviembre, según reveló el medio digital Divergentes.
La administración de Daniel Ortega y Rosario Murillo le han impuesto «país por cárcel» a Rosales, acción que han emprendido contra varios operadores del régimen de Nicaragua. De acuerdo con analistas políticos, la estrategia asegura la permanencia de sus funcionarios o allegados en la nación con el propósito de evitar filtraciones que vinculen a la dictadura.
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Una fuente del Ministerio de Gobernación detalló al equipo de periodistas independientes que «ni porque Daniel (Rosales) tiene “conectes” (contactos) con funcionarios de Migración lo dejaron salir. La orden es la misma para sus hermanos: No pueden viajar».
De igual forma, colaboradores del Poder Judicial confirmaron que las autoridades migratorias no permitieron la salida del país al hijo del fallecido magistrado.
Daniel Rosales aseguró que su motivo de viajar a Estados Unidos era «estrictamente» por razones de salud, aún así las autoridades a la orden de los Ortega-Murillo le negaron la salida. El nicaragüense permanece vigilado en su casa para impedir que pueda cruzar las fronteras irregularmente.
«Hay una especie de nueva orden de que solo con permiso pueden salir los empleados y funcionarios públicos», manifestó una fuente del Poder Judicial al equipo de Divergentes, y agregó que «desde hace varios meses tampoco puede salir la presidenta de la Corte (la magistrada Alba Luz Ramos)».
Por lo tanto, según la fuente de Gobernación, la magistrada sancionado sola tiene permitido viajar fuera de Nicaragua por motivos de salud, y para la autorización de su salida, debe solicitar por escrito un permiso a la pareja presidencial, y «aún así se lo han negado en algunas ocasiones».
Aliados del régimen con restricciones migratorias
El régimen de Ortega Murillo también ha restringido migratoriamente a otros de sus aliados. Uno de ellos es el empresario Álvaro Baltodano Monroy, hijo del general en retiro Álvaro Baltodano Cantarero, Delegado Presidencial para Fomento de las Inversiones. El segundo empresario al que tampoco le dejaron abordar su vuelo, del que tuvo información el medio digital, es Leonardo Torres, presidente del Consejo Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conimipyme).
Divergentes también informó de la restricción de salida de Nicaragua contra una hija del exjefe del Ejército, general en retiro Javier Carrión (2000 – 2005) y ahora, se suma Daniel Rosales, hijo del difunto magistrado sandinista.
La restricción migratoria que ha impuesto Ortega hasta con sus propios aliados, según las declaraciones de una fuente de Gobernación al medio digital, se debe a la salida del comisionado mayor de Nueva Segovia, Javier Martínez, quien pidió asilo hace unas semanas en Estados Unidos.
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Con estas restricciones a allegados al sandinismo, la dictadura Ortega-Murillo amplía el cerco de hierro que antes estaba decretado de facto contra opositores, periodistas, activistas, sacerdotes y defensores de derechos humanos.
Según los círculos sandinistas, este panorama evidencia la creciente paranoia de Ortega y Murillo de ser traicionados por funcionarios altos y medios del Estado, lo cual se exacerbó a partir de las medidas del Gobierno de Estados Unidos de impedir el ingreso al país norteamericano de gente ligada al sandinismo, lo que podría desatar una estampida tratando de evitar sanciones y restricciones económicas, y buscando asilo y protección a cambio de información.