Las presas políticas encarcelados por el régimen de los Ortega-Murillo son sometidos a constantes interrogatorios, aislamiento en penumbra, hambre y agravamiento de sus enfermedades crónicas, afirmaron sus familiares en entrevista al programa Esta Noche.
Los parientes de Dora María Téllez, Tamara Dávila, Ana Margarita Vijil y Suyen Barahona calificaron de preocupante la situación, en especial, de estas detenidas, a quienes pudieron ver en una tercera visita autorizada por el régimen de Nicaragua en más de cinco meses de encarcelamiento a las opositoras, a quienes tiene cautivas en el Complejo Policial Evaristo Vásquez conocido como «El Nuevo Chipote».
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Las miembros de la Unión Democrática Renovadora (Unamos) permanecen en total aislamiento en celdas de confinamiento solitario desde que fueron apresadas. El hermano de Suyen Barahona, Peltier Barahona, señaló que pese a las circunstancias su hermana «continúa firme, fuerte y que nunca la van a quebrar».
Barahona ha permanecido sola y aislada durante más de cinco meses, tiempo que se ha encontrado separada de su hijo. Su hermano expresa que «se nos están agotando las formas de explicarle que su mamá no está para él. Para Suyen eso significa un acto de tortura que está fuera de todo el debido proceso. El hecho de que la estén privando de la crianza de su hijo, que es un derecho que ella tiene como madre. Es realmente cruel».
Las perseguidas por el régimen Victoria Cárdenas y Bertha Valle denunciaron el caso de Tamara Dávila el cual «es preocupante y urgente», pues la opositora quien también es madre de una menor «continúa totalmente incomunicada».
Dávila fue secuestrada el 12 de junio en medio de un violento operativo policial de allanamiento y captura. Desde entonces, estuvo técnicamente desaparecida. Nadie sabía de ella, después de 80 días detenida en esa condición fue vista por uno de sus familiares que la encontró muy delgada, sus condiciones aún no han cambiado y solicitan que se le respeten sus derechos.
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La pequeña hija de Dávila no ha podido ver a su mamá desde entonces y sus familiares aseguran que la menor pregunta si su madre falleció. pues no sabe nada de ella. Los parientes de la presa política han denunciado que está siendo torturada a diario por los agentes represivos del régimen, que la mantienen en una celda de máxima seguridad de las cárceles de El Nuevo Chipote, donde la someten a duros interrogatorios y utilizan el nombre de su pequeña hija para atormentarla.
Señalan que las rehenes de la dictadura se encuentran con pérdida de peso acelerada, interrogatorios constantes, negación de acceso a sus abogados, porciones reducidas de comida las cuales son la consecuencia de la pérdida de peso, bloqueo al ingreso de alimentos por parte de sus familiares y cero comunicación con el exterior, principalmente el caso de las presas políticas.