El Gobierno de Noruega calificó las elecciones presidenciales de Nicaragua como injustas y antidemocráticas, debido a que Daniel Ortega montó su proceso tras encerrar a más de 150 presos políticos, incluidos siete aspirantes presidenciales.
«Tras los arrestos de políticos de la oposición, las elecciones no pueden considerarse justas ni democráticas», señaló en su cuenta de Twitter el país europeo, luego que el Consejo Supremo Electoral (CSE) anunciara en su segundo informe provisional, como ganador al partido Frente Sandinista con un 75.92% de votos.
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Oslo resaltó que «las elecciones en Nicaragua son motivo de preocupación» y aseguró que no se pueden tolerar las violaciones de los derechos humanos y la represión de la sociedad civil.
Noruega afirmó que es necesario establecer un diálogo inclusivo para recuperar el futuro democrático en el territorio nicaragüense, ya que la jornada electoral en Nicaragua, según analistas políticos, presidentes y diplomáticos fue un total «fraude».
El secretario general de la Organización de Estados Americano (OEA), Luis Almagro, aseguró que la comunidad internacional «debe exigir la anulación de las elecciones del siete de noviembre» en Nicaragua y hacer un llamando a la «celebración de un nuevo proceso electoral» que cumpla con las garantías, observación electoral y verdadera competencia.
Por su parte, la Unión Europea, España, Estados Unidos, Panamá, Chile, Uruguay, Colombia, Reino Unido, Alemania, Holanda, Panamá, Chile, Suiza, Costa Rica y Perú han expresado su rechazo y han adelantado su no reconocimiento a Daniel Ortega. Desconocen el proceso y lo declaran ilegítimo.
El dictador Daniel Ortega, el eterno candidato presidencial del FSLN, con estas elecciones busca perpetuarse en el poder por cinco años más. Esta sería su cuarto mandato consecutivo y el segunda junto a su esposa Rosario Murillo.