La Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) reiteró este sábado, seis de noviembre, su rechazo rotundo a las elecciones del régimen de Daniel Ortega por no contar con las garantías necesarias «para que se respete la voluntad de la mayoría del pueblo nicaragaüense».
«Quédate en casa por nuestros hermanos asesinados, desaparecidos, secuestrados y exiliados» es el llamado de la organización opositora para este domingo, siete de noviembre, día que se realizarán los cuestionados comicios generales.
«Nos comprometemos como territorios organizados azul y blanco a seguir fortaleciéndonos para mantener viva la llama que se encendió en abril 2018 y continuar firmes en la lucha en contra de la dictadura y la lucha por la libertad de todos los presos políticos», señala el comunicado.
La organización reafirmó que continuarán demandando «un nuevo proceso electoral que cuente con las garantías y que sean implementadas las reformas electorales y recomendaciones hechas por la Asamblea General de al OEA (Organización de Estados Americanos) en octubre de 2020».
Nicaragua cerró el viernes, cinco de noviembre, una atípica campaña electoral, castrada por el arresto de siete posibles candidatos presidenciales de la oposición, con llamados a votar, por un lado, y a no salir a las calles y quedarse en casa, por otro, con la ausencia de observadores de la OEA y de la Unión Europea (UE), y la prohibición de ingresar a misiones periodísticas al país.
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Los opositores están utilizando las etiquetas #YoNoBotoMiVoto, #YoNoVoto o #NicaraguaNoVota, entre otros, con las que instan a los nicaragüenses a no salir de sus casas, mantener las puertas cerradas y las calles vacías, porque consideran que «no hay por quién votar».
En cambio, la Conferencia Episcopal ha dejado a la conciencia de cada nicaragüense votar o no en las elecciones, no obstante, algunos sacerdotes han llamado al no voto.
«Este 7 de noviembre mi huella dactilar estará limpia, como limpia estará mi conciencia de no ser parte» de las votaciones, dijo en una homilía el sacerdote Uriel Vallejos, para quien Ortega «tuvo miedo» de celebrar elecciones libres.