A cuatro días de las cuestionadas elecciones presidenciales del siete de noviembre en Nicaragua, el padre Uriel Vallejos, párroco de la iglesia Jesús de la Divina Misericordia en Sébaco, Matagalpa, afirmó que no hay garantías ni por quién votar, porque la verdadera oposición está en la cárcel.
«Aquí no hay por quién votar, los líderes que los nicaragüenses teníamos puestos los ojos, los tienen en la cárcel injustamente. Aquí lo que hay es un circo electoral, la misma mona con diferente traje», expresó el religioso al periodista Fernando del Rincón, en el programa Conclusiones de la cadena CNN.
En cuanto a las repercusiones que pueda tener el padre Vallejos por exhortar a los nicaragüenses a no «prestarse a la farsa electoral» de la dictadura Ortega y Murillo, el religioso afirmó que «la iglesia siempre ha estado al lado de su pueblo».
«Desde que surgió la realidad del 2018 y que continúa la persecución, el asedio y el exilio (…) encontramos a sacerdotes valientes, otros hermanos que callan, otros que nos dan ánimo, y no vamos a obviar que hay otros (líderes religiosos) que han sido ganados por el Gobierno y eso el pueblo nicaragüense ya los ha identificado», señaló Vallejos.
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Además, dijo que lo que impulsa a la Iglesia católica a llamar al pueblo nicaragüense a seguir demandando justicia es el amor al país. «Como obispos, como sacerdotes, como laicos estamos invitados a animarnos en la fe, porque muchos piensan que el sacerdote es nada más para estar en la sacristía, pero no es así, porque se debe iluminar la conciencia».
No tiene temor a represalias
Pese a la persecución y asedio que la dictadura ha hecho en contra de líderes religiosos, el sacerdote señaló no tener temor a futuras acciones represivas. «La pareja gobernante —Daniel Ortega y Rosario Murillo— saben quién soy yo, soy una espina o un clavo en el zapato».
«Debido a estas realidades, desde que estuve al frente de Cáritas de Nicaragua, tuvimos muchos encontronazos difíciles, en las aduanas para desaduanar muchos containers que venían a ayudar a los más necesitados», agregó el párroco de la Divina Misericordia, de Sébaco, Matagalpa.
«Hoy en día que nos enfrentamos a esta realidad sociopolítica, he sido perseguido, amenazado, calumniado, vigilado por la misma Policía. No temo, porque me siento fuerte; tengo el apoyo del pueblo, de mi obispo — monseñor Rolando Álvarez— y de mis hermanos sacerdotes, porque la única voz que se escucha en los templos son los sacerdotes, porque ya se ha observado que si alguien saca una bandera va a la cárcel», siguió expresando el sacerdote.
En las últimas semanas, los mensajes del padre Uriel Vallejos, durante las homilía dominicales, han estado en torno a las elecciones presidenciales del próximo domingo, siete de noviembre, procesos que la comunidad internacional ha calificado con antelación de «ilegítimos».
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«El próximo domingo, mi dedo y mi conciencia estarán limpios porque no participaré de este circo electoral», expresó recientemente el padre Vallejos durante una homilía desde la iglesia que preside.
«No le temo a nada ni a nadie. Hay que temer a quién mata el alma, no el cuerpo, tenemos un obispo que se identifica con su pueblo, porque nos impulsa el amor a la patria, a nuestra vocación y el amor a la Iglesia», concluyó el religioso.