La Secretaría de Salud de Honduras informó que la jornada de vacunación contra el COVID-19 a nicaragüenses en los puestos fronterizos Fraternidad y El Guasaule continuará hasta el cinco de noviembre.
En ambos sitios, la jornada de vacunación se reanudó este lunes, primero de noviembre, desde las ocho de la mañana a todo ciudadano nicaragüense que desee vacunarse con los inoculantes Pfizer y Moderna.
«En estos momentos así se encuentra la fila de hermanos nicaragüenses en el punto fronterizo de la Aduana La Fraternidad. Aproximadamente 1 km lineal de personas que están a la espera de la aplicación de su inoculante», detallaron este lunes medios de comunicación en redes sociales.
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Desde el 21 de octubre a la fecha, Honduras ha logrado aplicar más de 48 mil dosis a los nicaragüenses. Un médico consultado por el medio de comunicación Metro de Honduras expresó que hay más interés de nicaragüenses por vacunarse contra el COVID-19, que los mismos hondureños. «En menos tiempo, la cantidad de hermanos nicaragüenses vacunados ha ido en aumento», refirió el galeno.
Según las autoridades sanitarias, para lograr el objetivo se han movilizado brigadas médica a las fronteras con Nicaragua para inocular «al mayor número posible de nicaragüenses, quienes por varios días se han movilizando a los centros de vacunación».
La jornada inició el 21 de octubre. Según medios locales, la entidad sanitaria inició inoculando a una pequeña cantidad de ciudadanos, sin embargo, la cantidad fue aumentando a tal punto que miles de nicas llegan a diario y entran de forma ilegal para poder obtener el antídoto «confiable»
Desconfianza de vacunas cubanas y rusas
Los miles de nicaragüenses que han tomado la decisión de vacunarse en Honduras han tenido que pagar transporte expreso para lograr la primera dosis. A algunos les ha costado más de 200 dólares llegar a la frontera y después aventurarse a cruzar de forma irregular.
La travesía, según explican los «nicas», es porque las vacunas cubanas no cuentan con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud (OMS). «La vacuna que pretenden aplicar a los niños en Nicaragua son las cubanas Abdala y Soberana, no tiene publicaciones en revistas científicas reconocidas internacionalmente«, refirió una fuente que prefirió omitir su nombre.
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«Las publicaciones que se tienen que hacer alrededor de esas vacunas son las reacciones adversas de las mismas, pero ellos —el Ministerio de Salud—se limitan a decir que son buenas y eso no es ninguna garantía para los cientos de nicaragüenses que necesitamos ser inmunizados», agregó otra fuente.
Jóvenes nicaragüenses manifestaron a Artículo 66 que planifican llegar a suelo hondureño para ser vacunados porque la desconfianza de inoculantes no reconocidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) incrementa.
«Estoy organizándome con otros amigos para poder viajar. Es mejor ir a lo seguro y no apostar por vacunas que no se sabe qué reacciones nos dará», refirió un joven en condición de anonimato.
Por su parte, ni el Ministerio de Salud de Nicaragua ni la vocera del régimen, Rosario Murillo, se han pronunciado acerca de la jornada de vacunación sobre ello en las intervenciones que han tenido en los medios oficialistas ni en el encuentro que sostuvo Daniel Ortega con Juan Orlando Hernández, presidente hondureño.