Miles de jóvenes y padres de familia de Nicaragua continúan llegando a la frontera con Honduras para ser vacunados contra el COVID-19, debido a la desconfianza que tienen en la vacuna rusa Sputnik Light y a las dosis cubanas Soberana y Abdala, las que están siendo aplicadas desde el lunes, 25 de octubre, a niños, adolescentes y jóvenes.
El Gobierno hondureño inició la jornada de inoculación a nicaragüenses, el 21 de octubre, aplicando las vacunas Pfizer y Moderna a embarazadas y a personas entre 12 a 18 años, mientras que la Moderna se destinó a ciudadanos mayores de 18 años.
Sin embargo, fuentes en anonimato dijeron a Artículo 66 que actualmente se está aplicando la vacuna Moderna para todos los nacionales que ingresen por los distintos puntos fronterizos de Honduras, porque las dosis de Pfizer se agotaron. Se espera que la jornada de vacunación concluya el seis de noviembre.
Los compatriotas de Nicaragua han ingresado a Honduras por las fronteras de El Guasaule y Fraternidad, otros explicaron a este medio de comunicación que han ingresado por la frontera de El Espino, cerca del Cañón de Somoto.
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Una fuente refirió que le «tocó hacer el sacrificio» de viajar hasta Honduras. «Con un grupo de amigos, alquilamos un vehículo. Estando en frontera buscamos quien nos guiara. El cruce lo hicimos con un guía bordeando la frontera, llegamos en horas de la tarde».
Desconfianza de vacunas cubanas y rusas
Los miles de nicaragüenses que han tomado la decisión de vacunarse en Honduras han tenido que pagar transporte expreso para lograr la primera dosis. Algunos han tenido que pagar más de 200 dólares para llegar a la frontera y después aventurarse a cruzar de forma ilegal.
La travesía, según explican los «nicas», es porque las vacunas cubanas no cuentan con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud (OMS). «La vacuna que pretenden aplicar a los niños en Nicaragua son las cubanas Abdala y Soberana, no tiene publicaciones en revistas científicas reconocidas internacionalmente«, refirió una fuente que prefirió omitir su nombre.
«Las publicaciones que se tienen que hacer alrededor de esas vacunas son las reacciones adversas de las mismas, pero ellos —el Ministerio de Salud—se limitan a decir que son buenas y eso no es ninguna garantía para los cientos de nicaragüenses que necesitamos ser inmunizados», agregó otra fuente.
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Un defensor de derechos humanos que prefirió irse a vacunar junto a sus hijos a Honduras señaló que «siendo que los nicaragüenses tienen derecho a la salud, no está respetando ese derecho al poner vacunas de dudosa procedencia, por lo que no iba a permitir que mis hijos fuera vacunados con esa vacuna que no ha sido aprobadas».
Según medios de comunicación de Honduras, la solidaridad del Gobierno de ese país es inesperada, «porque son situaciones que han idos sucediendo, primero fueron grupos muy pequeños de nicaragüenses, pero ahora son miles los que están llegando para ser inoculados».
«Definitivamente esta gente ha sabido valorar, ha aprovechado estas vacunas, tanto así que hasta excursiones han hecho para lograr vacunarse. Muchos han pasados situaciones complejas, pero lo han conseguido», indicó un reportero del medio de comunicación Metro de Honduras.
Honduras y Nicaragua coordinarán proceso de vacunación
Ante esta situación donde miles de nicaragüenses están acudiendo a vacunarse a Honduras, el presidente de ese país Juan Orlando Hernández, indicó el lunes, 25 de octubre que las Secretarías de Salud de su Gobierno y Nicaragua «harán las coordinaciones respectivas» para la vacunación contra el COVID-19 a los nicaragüenses en puestos fronterizos.
«He instruido a la Secretaría de Salud, Migración y Aduanas, para que puedan establecer puntos de vacunación en las comunidades para que la gente no esté aglomerada. Este es un gesto de solidaridad. Recuerden que hay un flujo migratorio de un país a otro, vacunar a Nicaragua es vacunarnos a nosotros. Se va a coordinar para que se haga un trabajo de buena atención, que sea efectivo», manifestó el presidente a través de su cuenta en Twitter.
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Hasta ahora la dictadura de Daniel Ortega no se ha referido sobre esta jornada de inmunización a los nicaragüenses en tierra hondureña. Ni el Ministerio de Salud de Nicaragua ni la vocera del régimen, Rosario Murillo, han pronunciado palabra sobre ello en las intervenciones que han tenido en los medios oficialistas.
Jóvenes nicaragüenses manifestaron a Artículo 66 que planifican llegar a suelo hondureño para ser vacunados porque la desconfianza de inoculantes no reconocidos por la OMS crece cada día más.
«Estoy organizándome con otros amigos para poder viajar, es mejor ir a lo seguro y no apostar por vacunas que no se sabe qué reacciones nos dará», refirió un joven en condición de anonimato.