El Círculo de Bellas Artes (CBA) de España condecoró al escritor nicaragüense Sergio Ramírez con la Medalla de Oro por su calidad literaria humana y por su compromiso por la justicia, la democracia y las libertades sociales. «Pertenezco a esos que pagan por sus palabras. Nadie podrá exiliarme de mi propia lengua», dijo el laureado durante el evento de premiación celebrado este 25 de octubre.
Ramírez manifestó que «la literatura es un oficio peligroso cuando se enfrenta a las desmesuras del poder de las tiranías, que nunca dejan de sentirse amenazadas por las palabras».
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El novelista se vio forzado a exiliarse por segunda ocasión a causa de la persecución política que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo impuso en su contra; ante esto el galardonado expresó que «hablo delante de ustedes como un escritor forzado al exilio, y bajo una orden de prisión arbitraria, la misma que ha caído sobre la cabeza de más de 150 de mis compatriotas, presos por pensar diferentes, por disentir, por hacer valer su derecho de opinar, por creer en la democracia y por defenderla».
Resaltó que «además de todo eso se me ha enjuiciado por mis palabras, por el hecho de escribir, por mostrar la realidad de un país sometido a la violencia de la tiranía y por imaginar, crear. La invención también tiene un precio, porque a los ojos del poder absoluto se vuelve subversiva».
Sergio Ramírez, durante su discurso en el evento de premiación, sostuvo que él pertenece al grupo de escritores, novelistas, poetas, como Pablo Neruda, Tito Monterroso, Luis Cardoza y Aragón, Augusto Roa Basto, Mario Benedetti y Juan Gelman, quienes se vieron obligados a huir de su país de origen y exiliarse a causa de la persecución política a la que estaban expuestos. «Yo pertenezco a esa tradición de quienes pagan un precio por su palabras, dos veces bajo orden de prisión y dos veces obligado al exilio, primero en mi juventud por una dictadura familiar y tanto años después por otra dictadura familiar» aseveró el escritor nicaragüense.
«Hay algo de lo que nunca nadie podrá exiliarme, ni el más tirano de los poderes, y es de mi propia lengua, porque mi lengua de escribir realidades de crear mundos imaginarios, de inventar universos nuevos, es una lengua que no conoce fronteras». subrayó el galardonado.
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Por otra parte, Ramírez manifestó que le «intriga y aterra» la posibilidad que nadie lo pueda leer, oír más allá «de mis fronteras. Pero, yo con mi lengua recorro todo un continente, atravieso el mar y siempre me estarán escuchando. Y si mis libros esta prohibidos en Nicaragua la veredas clandestinas de las redes sociales hacen que lleguen a miles de lectores».
«Las palabras se vuelven tan temibles, porque tienen filo, porque desafían, porque no se les puede someter, porque son la expresión misma de la libertad» reiteró el novelista durante la entrega de la Medalla de Oro por el Círculo de Bellas Artes.
Actualmente, su novela «Tongolele no sabía bailar» en la que plasma los hechos ocurridos en 2018, se encuentra retenida por la dictadura y prohibida su comercialización en el país, esa obra que mantiene enfurecida a la dictadura es la que ha puesto a Ramírez una vez más bajo el ojo del mundo de la literatura, siendo premiado no solo por la calidad de sus obras sino que también por su «valentía política».