El escritor y exvicepresidente de Nicaragua, Sergio Ramírez Mercado, quien se vio obligado al exilio luego de la publicación de su novela «Tongolele no sabía bailar», asegura que el régimen no quiere soltar el mando y que «la decisión de (Daniel) Ortega es que no puede haber elecciones donde digan que deje el poder». Además, subraya que la dictadura se ha amparado en sus propias leyes represivas para imponer su justicia.
En una entrevista con La Vanguardia, medio de comunicación español, el escritor señaló que en Nicaragua el gobierno «condena a todos aquellos que soliciten, promuevan o aplaudan… es la única ley del mundo que conozco donde el delito es aplaudir».
Ramírez, ganador del Premio Cervantes 2017, recalcó que el gran detonante para su segundo exilio fue su novela «Tongolele no sabía bailar», la cual retrata los acontecimientos del 2018 en Nicaragua. Ese hecho llevó al régimen a secuestrar los ejemplares desde hace 10 días y mantenerlos retenidos en las bodegas de Aduana. Además, subrayó que la dictadura se ha amparado en sus propias leyes represivas para imponer su justicia.,
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Ramírez sostuvo que lo que irritó a la pareja presidencial fue la forma en la que aborda «la naturaleza del poder, el poder esotérico, las brujerías, los árboles de la vida de la vicepresidenta (Rosario Murillo)».
En la entrevista respondió el cuestionamiento de la vieja y la nueva ideología que tiene Ortega sobre el poder asegurando que «es una mezcla muy rara, la vieja retórica de la izquierda antiimperialista, antioligárquica, exacerbada, y a la vez su ley de soberanía nacional la pudo decretar Mussolini, mezcla fascismo con retórica de izquierdas».
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Continúo señalando que el poder de Ortega se concreta en los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, fiscales, Consejo Supremo Electoral, que «no son más que operadores de un poder político único». Deben obedecer ciegamente. Remarcó que cuando el canciller Denis Moncada rubrica un documento virulento contra España «pone su firma en un documento redactado en el lenguaje de la señora (Murillo)».
Catalogó a la vicepresidenta como uno de los personajes femeninos más famosos y aterradores de Shakespeare, y es más fuerte, más despiadada y más ambiciosa que su marido, Daniel Ortega. Ramírez recalcó que «cuando se habla del poder nunca hay que olvidarse de ella», en referencia a Rosario Murillo y su parecido personaje literario.
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Sobre la misma línea aseguró que los eventos públicos ahora parecen ser un aquelarre, cosas que la novela no retrata, pero actualmente pasan. «Ahora los actos públicos en Nicaragua se realizan alrededor de un círculo y en medio hay una estrella de cinco picos y toman las fotografías con drones para que se vea la estrella de fuego, es como un aquelarre», describió.
Finalizó resaltando que lo que se debe hacer ahora es tener esperanza en la posibilidad de un cambio que no sea violento sin necesidad de una guerra civil pues esto solo deja miles de muertos y empodera a un caudillo militar que toma el poder y ya no lo quiere soltar. Esa es la experiencia de Nicaragua, concluyó Ramírez.