El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, aprovechó su homilía de este domingo, 17 de octubre, en el que hizo alusión a los deseos de los discípulos Juan y Santiago de sobresalir mostrándose poderosos al lado de Jesús; para reflexionar sobre las ansias de dominio que terminan trasformándose en tiranías.
El prelado recordó que esos deseos constantes cuando se vuelven una obsesión se transforman en «abusos de poder» y generan a los caudillos. «Jesús desea que sus discípulos no sean ingenuos y reflexionen sobre el modo con el que se ejerce el poder en el mundo y que a lo largo de los siglos ha hecho tanto daño. Jesús no quiere que reproduzcan la venenosa lógica de la superioridad y del dominio», remarcó Báez.
Al mismo tiempo, llamó a los nicaragüenses a tener memoria histórica y no olvidar con facilidad, en especial, cuando los gobernantes usan esos «olvidos» para repetir los errores o aplastar al pueblo.
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El jerarca, desde la parroquia Santa Agatha en Miami, Florida; recordó que «Jesús no era ingenuo. Jesús nos enseña que hay que tener memoria histórica y cultivar una visión crítica de la forma en que se ejerce el poder en el mundo. Si un pueblo no conoce su historia o la olvida con facilidad, vuelve a cometer una y otra vez los mismos errores».
La reflexión del religioso que se vio obligado a un exilio forzado por la persecución del régimen de Daniel Ortega en su contra llega a menos de un mes de la realización de unos cuestionados comicios generales en Nicaragua, a los que les han antecedido una serie de violaciones a los derechos humanos, marcados por encarcelamientos a opositores, entre ellos, siete precandidatos presidenciales; la anulación de partidos políticos a través de la eliminación de su personalidad jurídica y el constante acoso a la prensa independiente.
«Una de las armas preferidas de los poderosos para dominar es distorsionar la historia. En los pueblos que viven sin memoria histórica el futuro es el pasado que regresa continuamente. Cuando no nos interesamos por desentrañar y denunciar los malévolos mecanismos de opresión de quienes gobiernan, nos vamos acostumbrando a ser esclavos», dijo el obispo en referencia a las acciones represivas impuestas por el orteguismo tanto en los años 80 como en los 14 años consecutivos que lleva en el poder desde 2007 a 2021.
Báez invitó a los nicaragüenses a «conocer la historia y ver con ojos críticos la realidad (porque eso) nos permite sentar las bases de una nueva sociedad sin caudillismos y autoritarismos que provocan siempre tanta pobreza, dolor y muerte».
Retomando el evangelio de San Marcos, monseñor Báez, uno de los más críticos de la gestión de Daniel Ortega, recordó que para Jesús, el poder ejercido como «imposición y dominio es inhumano y destructor». A la pareja presidencial de Nicaragua se le acusa de ser responsable de crímenes de lesa humanidad. Los opositores a los Ortega-Murillo atribuyen ese afán impositivo, que ha llevado a reprimir con balas desde 2018 o a través del uso indebido de leyes para silenciar a sus adversarios, al interés de permanecer en el poder «a costa de lo que sea».
«La prepotencia y el deseo de dominar nos desfiguran como seres humanos y nos aleja de Dios. Quien busca imponerse muestra su mezquindad, quien se baja para servir revela su grandeza», subrayó el obispo.
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En ese contexto, Báez exhortó a quienes gobiernan a dejar las ansias de dominio para convertirse en humildes servidores y ser compasivos con el prójimo. «Alguien es grande no por el poder que tiene, la crueldad con la que actúa o la violencia con que se impone, sino por su capacidad de sacrificar sus propios intereses buscando el bienestar de todos», enfatizó.
Igualmente recordó que uno de los obispos están llamados a acompañar y a servir a sus feligreses. La Iglesia católica ha sido una de las más perseguidas por el régimen de Nicaragua. «Jesús desea que la Iglesia esté siempre al lado de los demás, a sus pies, para servirles, no por encima para dominarlos. Mientras otros oprimen, nosotros aliviamos y liberamos; mientras otros aplastan, nosotros levantamos y auxiliamos; mientras otros reprimen y encarcelan, nosotros denunciamos la opresión y luchamos por la liberación», recalcó en su predica.