La vicedictadora de Nicaragua, Rosario Murillo, dedicó su comunicación vía telefónica a medios oficialistas a reiterar los insultos contra opositores y a la Iglesia católica, a quienes tachó de convocar «conciliábulos de odio y de miseria». No perdió el tiempo para amenazar que «con la paz y con la fe de pueblo no se juega».
Murillo citó un poema de Rubén Darío «Salutación del optimista» para utilizarlo como herramienta de insulto hacia sus adversarios. Catalogó a los opositores de «tener los ojos tapados y los oídos tapiados por el odio» pues reclama que no ven las obras que realiza su «buen gobierno» en el país. Asegura que tergiversan y manipulan sus palabras.
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La vicemandataria aprovechó para desbocarse contra los religiosos mientras ella se calificaba de cristiana y de tener «un corazón genuinamente cristiano, porque el que predica odio no puede ser siervo de Jesucristo, no puede ser discípulo de Jesucristo como debemos ser todos», dijo Murillo en contra de los religiosos que ha señalado de «financiar actos terroristas».
Recientemente la administración de Joe Biden catalogó de «peligrosos» los ataques y señalamientos de la dictadura en contra de los obispos, afirman que estos insultos son una «muestra de su miedo a las voces independientes de Nicaragua». Estados Unidos también ha recibido insultos por supuestamente organizar el «golpe del terrorismo» de 2018.
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La pareja presidencial se ha dedicado a atacar en los últimos discursos a la Iglesia católica que se ha mantenido firme en su posición de denunciar las acciones de Ortega y reflejar la realidad que vive Nicaragua bajo el mandato del régimen. La dictadura se muestra cada vez en contra de los religiosos en tiempos de elecciones que son consideradas «un fraude electoral sin garantías»